Entre el 25 y el 27 de septiembre en la ciudad de Nueva York, tendrá lugar la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible 2015.

 

En esta ocasión, se refrendarán 17 líneas basadas en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que buscan erradicar la pobreza, proteger al planeta, garantizar la prosperidad para todos y alcanzar un acuerdo mundial sobre el cambio climático.

 

El objetivo 2 de esta agenda es acabar con el hambre, y gracias a la Cruzada Nacional contra el Hambre, México llegará a Nueva York con elementos para discutir si la acción coordinada del Estado es capaz o no de reducir la pobreza extrema y la carencia alimentaria de una proporción importante de la población.

 

De acuerdo con la SEDESOL, en 2013 habían en México un poco más de 7 millones de personas, en 400 municipios, que sufrían de pobreza extrema de alimentación, lo que llevó al gobierno a armar una estrategia en la que convergen 90 programas federales y en la cual participan los tres niveles de gobierno y los sectores público, privado y social. La estrategia beneficia a 205 mil familias de este grupo vulnerable, lo que representa aproximadamente el 11% del total de la población con carencia alimentaria en el país.

 

A casi año y medio del lanzamiento de la estrategia, sus resultados sugieren un éxito sin precedentes. Según el Coneval, la Cruzada Nacional contra el Hambre ha disminuido la carencia alimentaria de la población objetivo en 57.5 puntos porcentuales, al pasar de 100% a 42.5%. Pero el Coneval no solo encontró que se redujo en la población objetivo la carencia alimentaria.

 

También anunció que el porcentaje de población con los seis tipos de carencia que mide a través de su Encuesta Panel se redujo de manera importante; por ejemplo, la población con carencia por acceso a servicios de salud pasó del 32.9% en 2013-2014 al 9.2% en 2015. Este es el logro que el Presidente Peña Nieto presumió en Apatzingán el pasado 18 de agosto, y el que sugiere que los esfuerzos del gobierno actual por atender de manera focalizada a un grupo especialmente vulnerable están dando resultados. Sin embargo, hay atenuantes que impiden lanzar las campanas al vuelo.

 

En primer lugar está el hecho de que un número limitado de familias recibió un alud de apoyos que difícilmente se pueden replicar en un número más grande de beneficiarios. Sería verdaderamente lamentable que la atención focalizada del gobierno a un número tan pequeño de familias no tuviera resultados significativos en el corto plazo. Por tanto, un reto importante de la Cruzada Nacional contra el Hambre es escalar la atención a toda la población de México que sufre de carencia alimentaria.

 

Por otro lado, hay que ser cautelosos con los resultados que presenta el Coneval, pues los indicadores de éxito de la estrategia son de desempeño y no de impacto. En realidad, para saber si efectivamente la estrategia está incidiendo sobre la pobreza alimentaria de la población objetivo, sería necesario realizar una evaluación que tome en cuenta el antes y el después en un grupo de control y en un grupo de tratamiento, pues claramente el dar de comer a la gente disminuye su carencia alimentaria, pero no provoca aumentos en su ingreso para que las familias por sí mismas logren solventar sus gastos asociados a la alimentación.

 

En conclusión, México llegará a la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible 2015 con un importante logro, pero a la vez con el reto de mostrar que es capaz de erradicar la pobreza extrema en su población a través de la acción conjunta del gobierno y de éste con la sociedad, en un ambiente de volatilidad económica y de incertidumbre financiera que limita el crecimiento económico. Vamos a ver si otros países avalan el avance de México en su lucha contra la pobreza extrema y copian la receta a nuestros gobernantes. Me temo que el crecimiento en el número de pobres en el país opacará los resultados de la Cruzada, y volverá a centrar la atención en la relevancia del crecimiento económico para reducir de manera efectiva la pobreza y el hambre.

 

*Socia Fundadora de la empresa de consultoría “Prosperidad y Crecimiento Incluyente SC”.