CHILPANCINGO, GRO. Normalistas de Ayotzinapa marcharon desde su escuela hasta el Congreso estatal de Guerrero, como parte de las manifestaciones por el aniversario de la noche de Iguala, donde seis personas murieron y 43 de sus compañeros desaparecieron durante un ataque de la policía municipal de Iguala.

 

Ésta fue la primera marcha de los normalistas con dirección a Chilpancingo luego de que el martes 22 se enfrentaron a la policía estatal en la entrada a la ciudad, cuando los uniformados no les permitieron llegar ante el temor de que destrozaran instalaciones del gobierno estatal, como lo hicieron el lunes en la Fiscalía de Guerrero.

 

Desde las 9 de la mañana los normalistas se organizaron para el recorrido de más de 14 kilómetros desde Ayotzinapa hasta Chilpancingo, y lo hicieron en compañía de estudiantes de otras normales de estados como Sinaloa, Michoacán, Tamaulipas, Puebla, Oaxaca y Veracruz. Con ellos el contingentes llegó a poco más de 900 personas.

 

Cargando retratos de los 43 normalistas desaparecidos, la marcha salió de la escuela para tomar la carretera Chilpancingo-Tixtla con rumbo a la capital de Guerrero, lo que ocasionó que ambos sentidos de la vía quedaran bloqueados.

 

Aunque al principio los normalistas esperaban la presencia de policías estatales, conforme fueron avanzando los uniformados no aparecían, por lo que el recorrido se mantuvo tranquilo.

 

Fue hasta el punto conocido como la presa Vicente Guerrero cuando se sintió la tensión. Después del enfrentamiento del martes entre normalistas y policías estatales, estos últimos instalaron un retén en el lugar.

 

Cuando los normalistas pasaron por la presa, el retén de la estatal ya no estaba, pues los uniformados se subieron al monte para ver el paso del contingente. Sólo un cruce de miradas y uno que otro insulto de parte de los manifestantes fue lo que pasó entre los grupos que unas días antes chocaron.

 

Por si las dudas, en una de las camionetas del convoy de los normalistas, llevaban palos para defenderse en caso de otro choque violento contra los uniformados.

 

El resto del recorrido mantuvo la tranquilidad, e incluso una camioneta de Protección Civil estatal comenzó a repartir agua embotellada a los marchantes, que para entonces ya llevaban un par de horas en el recorrido y aún faltaba media docena de kilómetros para llegar a Chilpancingo.

 

Una vez en la entrada de la capital del estado, los normalistas en vez de seguir por la carretera tomaron una de las calles para introducirse a las colonias populares de la ciudad, donde pese a los estragos de tránsito que provocaron, los vecinos los toleraron e incluso algunos les dieron muestras de apoyo.

 

Aunque la idea era llegar al Palacio de Gobierno, los normalistas descartaron ese destino ya que otro grupo de manifestantes mantiene bloqueada la calle del inmueble; se trata de burócratas del Poder Ejecutivo estatal quienes exigen el pago de un bono por fin de sexenio.

 

Por esta razón, y tras cuatro horas de marcha, los estudiantes de Ayotzinapa prefirieron ir al Congreso estatal, donde los recibió un grupo de tres decenas de granaderos, quienes se limitaron a cuidar la entrada al inmueble, mientras los normalistas sólo pusieron atención en el lugar cuando dejaron los retratos apoyados en la reja.

 

Un mitin de un par de minutos fue lo que cerró la manifestación; no faltaron las exigencias para la aparición de los 43 normalistas con vida y cuestionamientos a las autoridades estatales y judiciales por su actuación en el caso. Al final, todos los muchachos se subieron a un autobús que los regresó a Ayotzinapa.

 

Burócratas de Guerrero realizan paro para que les paguen bono sexenal

 

Trabajadores sindicalizados del Poder Ejecutivo del Estado de Guerrero mantienen por quinto día un paro de labores en exigencia de que el gobernador saliente, Rogelio Ortega, les autorice el bono de fin de sexenio, el cual es una tradición.

 

José Granados Ramírez, delegado sindical de la Dirección General de Tesorería del Gobierno de Guerrero, explicó que para este bono, el Sindicato firmó una minuta con el Gobierno estatal para que antes del cambio de administración lo dieran a los 15 mil trabajadores agremiados, pero como no lo han cumplido por eso están en paro desde el lunes pasado.

 

“Esto es un logro sindical, los usos y costumbres se vuelven leyes, y el bono es una conquista laboral de parte del sindicato”, dijo.

 

El paro mantiene cerradas todas las oficinas de las dependencias del Poder Ejecutivo estatal, como es el Palacio de Gobierno donde una docena de carpas resguardan a unos 70 trabajadores quienes se mantienen de guardia.

 

“Ellos dicen que no tienen recursos, pero la verdad hay muchas inconsistencias en lo que ellos manifiestan, como que deben desembolsar 169 millones, cuando son 75 millones de pesos”,  añadió Granados.

 

Los trabajadores ponen de plazo el 30 de septiembre para el pago del bono, de lo contrario estudiarán cómo hacer que se cumpla el acuerdo antes de que Rogelio Ortega deje la gubernatura, lo cual sucederá el 27 de octubre.