PITTSBURGH. El camino para terminar con una maldición sin títulos de la Serie Mundial en 107 años comenzó para los Cachorros de Chicago al derrotar a los Piratas de Pittsburgh por blanqueda, 4-0 en el duelo de los comodines de la Liga Nacional.

 

La vieja maldición data de 1945, cuando el dueño de los Cachorros no permitió, hágame usted el favor, la entrada a una cabra al estadio. Indignado el propietario del animal, un tabernero local, lanzó sobre el equipo la maldición que indicaba que el equipo no volvería a ganar una Serie Mundial hasta que no dejaran pasar al animal al estadio. Obviamente la cabra ya no vive y los Cachorros perdieron la Serie Mundial de ese año y no la han vuelto a ganar desde que lo hicieron en 197 y 1908.

 

Ese es el cuento viejo. El nuevo es la incursión de lleno en la postemporada, en las Series de Campeonato, de la mano de su abridor Jake Arrieta, quien lanzó la ruta completa permitiendo sólo 4 hits a sus rivales.

 

El otro protagonista de la noche fue Kyle Schwarber, quien impulsó tres carreras, dos de ellas con un estupendo jonrón de 450 pies.

 

El pícher derrotado fue Gerrit Cole quien lanzó cinco entradas. El mexicano Joaquín Soria entró al relevo en la octava entrada y despachó a sus tres rivales. Pero, los bats de los Piratas no respondieron.

 

Ahora, los Cachorros enfrentarán a los Cardenales de San Luis en la serie divisional.