TEL AVIV. El gobierno de Benjamín Netanyahu bloqueó con las fuerzas de seguridad los accesos de los barrios árabes en Jerusalén y ordenó que las viviendas de los autores de los ataques contra israelíes sean demolidas, confiscados sus bienes y, en caso de haber sido muertos, sus cuerpos no se entregarán a su familia. Desde que empezaron los enfrentamientos hay 38 muertos, 31 palestinos y 7 israelíes.
También se dispuso que los cuerpos de los palestinos autores de los ataques contra israelíes abatidos por las fuerzas de seguridad no sean entregados a sus familias. El ministro de Seguridad Interior, Gilad Erdan, sostuvo que “la familia del terrorista hace que su entierro sea una manifestación de apoyo al terrorismo y la incitación al asesinato y no podemos permitirlo”.
Los cuerpos podrían ser enterrados en los cementerios reservados a los autores de atentados, que están situados en la periferia del país, “como se ha hecho en el pasado”, explicó el comunicado. El gobierno decidió desplegar a los soldados en las ciudades y autorizó a la policía a cerrar barrios árabes de Jerusalén Este.