Una pluma azul y una roja fue el obsequio con el que Decio de María recibió a Juan Carlos Osorio, nuevo timonel de la Selección Mexicana de Futbol. Esto con la esperanza de que el colombiano rotule menos anotaciones en colorado (que es como Osorio destaca los aspectos negativos) que azules (los positivos) del Tricolor, que tendrá su primera prueba en juego oficial ante El Salvador en noviembre próximo.

 

Osorio se presentó ante los medios tal cual su pinta: elegante y decidido a hablar de futbol, esquemas tácticos, jugadores y posibilidades; sueños de Copa del Mundo y quinto partido; reconocimiento de ex estrategas del Seleccionado Nacional; pero sobre todo, muchos deseos de triunfar.

 

De palabra fácil y gesto ligero, gafas que acentúan el toque metódico de su persona, e inseparable de su libreta, el colombiano no rehúye a cuestionamientos o críticas, pero es cuidadoso de ser claro en sus conceptos. Afable en el trato, esquiva cuando se le pregunta sobre sus múltiples títulos con el Nacional de su país. En cambio, entra de lleno para hablar de su inexperiencia como seleccionador nacional.

 

Tiene conocimiento de la zona de competencia. Osorio no escatima, sabe lo que se le viene ante rivales como El Salvador, contra el que debutará, y Honduras, su segundo rival en la eliminatoria rumbo a Rusia.

 

Vamos a tratar de presentar un buen equipo en ese primer juego ante El Salvador, pero sin descuidar el siguiente. Son dos juegos muy diferentes. Honduras tiene más rapidez de transición de defensa a ataque y vamos a tratar de prepararlo de la mejor manera”, aseguró.

 

Dejó claro que le gustan más las formas. Es decir, “jugar bien, no bonito, pero sí bien”. Es el nuevo técnico nacional, un hombre metódico, que al menos en su saco ya lleva pluma azul para las palomitas y una roja para señalar los errores.