La evolución del huracán Patricia, catalogado como el más poderoso en la historia del planeta, es un hecho excepcional que puede ser consecuencia del cambio climático, señaló el especialista Gerardo Figueroa Lucero.
El profesor-investigador del Departamento de Hidrobiología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) dijo que con sus vientos de 325 kilómetros por hora, desde hace muchos años, o tal vez nunca, se han presentado ciclones de esta magnitud en el país.
“Las magnitudes de todos los ciclones son determinados según la velocidad con que cambia la temperatura del mar, aunado a la presión atmosférica; esos cambios repentinos se generan sobre todo entre los meses de julio y octubre”, explicó en un comunicado.
El también especialista en temas de hidrobiología resaltó que cada vez será más común experimentar huracanes de mayor intensidad, aunque de una duración más corta.
“Existen mayor número de estos eventos que se originan en el Golfo de México, pero es raro que sucedan en el océano Pacífico debido a su gran tamaño. Entre mayor agua evaporada se acumule ante cualquier cambio de temperatura del aire, el efecto también será mayor”, detalló.
Figueroa Lucero mencionó que además es poco frecuente que se presenten huracanes en la zona norte de México, ya que regularmente se habían formado en las regiones del sur y sureste; los estados en donde se reportan los más altos índices de peligro son Jalisco, Colima y Nayarit.
Refirió que la Organización Meteorológica Mundial de las Naciones Unidas informó que el huracán Patricia es comparable con el tifón Haiyan, que devastó Filipinas en 2013.
“El huracán Patricia forma parte de eventos fuera de serie, esperemos que no sea lo recurrente, ya que ciclones como éste tienen un impacto destructivo sobre la costa, es decir, habrá muchos asentamientos humanos en riesgo”, alertó.
El especialista añadió que se ha visto cómo muchos ríos que incluso estaban secos aumentan sus caudales y los poblados asentados a sus orillas tienen más riesgo de sufrir inundaciones, pues repentinamente ocurren fenómenos ambientales como el actual y el agua siempre corre por esos cauces conocidos.
Sostuvo que las más afectadas serán aquellas comunidades con menos recursos económicos; “deberíamos tomar en cuenta este acontecimiento para desarrollar metodologías o sistemas de emergencia para no afectar con tanto impacto la infraestructura social”.
“México debe contar con un plan territorial que defina con precisión, cuáles son las zonas de riesgo ante efectos de cambio en vientos y agua, para predecir deslaves o el incremento repentino en las corrientes de agua”, finalizó.