El 1 de mayo de 1994 un accidente marcó la Fórmula Uno. El tres veces campeón, el piloto más importante de aquella época, Ayrton Senna murió, tras estrellar a más de 320 km/h su monoplaza en uno de los muros de la curva de Tamburello, durante el Gran Premio de San Marino
Aún 21 años después, se desconocen las causas exactas del accidente. No había ninguna fractura, ninguna lesión aparente, sólo un fuerte golpe mortal en la cabeza. Aquel fin de semana, tres pilotos tuvieron un percance, dos murieron (Senna y Roland Ratzenberger) y uno más, Rubens Brarichello, sólo presentó lesiones que lo llevaron al hospital.
La muerte, a los 34 años, de Senna provocó que prensa, aficionados, escuderías y pilotos cuestionaran la seguridad de los circuitos y los autos. Desde entonces, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha implementado algunas acciones, con el fin de evitar, en la medida de lo posible, un accidente y no afectar el desempeño en cada competencia.
La FIA y su personal encargado establecen requerimientos básicos para un circuito de Fórmula Uno, en el trazado, constricción y delimitación de zonas, y personal capacitado que garantice un Gran Premio sin incidentes.
Entre las construcciones se encuentran las zonas de escape, diseñadas para desacelerar los autos; los muros de contención, que amortiguan los golpes en caso de que el piloto pierda el control y salga de la pista; el delimitado de los bordes, pintados con colores con el fin de que tenga el tiempo suficiente para frenar en las curvas; y un hospital con el equipo médico necesario para reanimación y cirugía.
De la misma forma, alrededor del circuito, durante los tres días, ambulancias y helicópteros están alertas de cualquier incidencia. También, equipo especializado en rescate es capaz de entrar a cualquier parte de la pista, con el equipo necesario, en 30 segundos.
Así mismo, el piloto debe seguir un protocolo de vestimenta, que va desde la ropa interior y el mono, hasta botas, guantes y casco. Pese a que su finalidad es proteger, las prendas están diseñadas para beneficiar su desempeño. La protección radica en evitar quemaduras con telas que resisten temperaturas mayores a los mil grados Celsius y golpes en la cabeza, con materiales ligeros, pero resistentes.
Un accidente marcó, para siempre la Fórmula Uno, donde en cada vuelta, curva, rebase, maniobra, entrada a pits o cambio de llanta existe un peligro latente.