El mexicano Andrés Moreno, el hombre más obeso del mundo, ha empezado a perder peso tras una exitosa intervención quirúrgica que le permitirá dejar atrás una enfermedad por la que llegó a pesar 444 kilos y que lo tenía postrado en una cama.
Según explicó a Efe el equipo médico que lo atendió en Guadalajara, los principales problemas postoperatorios suelen darse hasta las 72 horas después de la cirugía y estos no se han producido.
Moreno está experimentando una evolución favorable y ha recuperado un buen humor que hacía meses no se le observaba, por lo que si todo transcurre como se prevé, el próximo lunes se le dará el alta médica y podrá regresar a Ciudad Obregón, donde reside.
El doctor José Castañeda, quien lo operó el pasado miércoles en el Gastric Bypass Mexico de Guadalajara (Jalisco), calculó que cuando dentro de un año haya terminado el efecto de la intervención, su peso deberá situarse en torno a los 80 kilos, es decir, 355 kilos menos desde que comenzó su tratamiento con este especialista.
Y es que Moreno pesaba 435 kilos cuando pidió ayuda y, puesto que Castañeda no podía operarlo con ese peso, le impuso una dieta con la que bajó a los 335 kilos.
Aunque la operación iba a realizarse todavía con menos peso, un amago de infarto provocó que tuviera que adelantarse, también por los efectos que pudiera provocarle la diabetes tipo II que padece.
La operación que se le practicó fue una derivación biliopancreática con cruce duodenal que, según los médicos del Hospital Arboledas, donde se ubica la unidad Gastric Bypass Mexico, se trata del procedimiento que mejor resultado aporta en pacientes con obesidad extrema.
Sin complicaciones y en menos tiempo de lo esperado concluyó la cirugía en la que participó un equipo de cinco médicos bariatras encabezados por Castañeda, quien utilizó una técnica laparoscópica poco invasiva para cortar tres cuartas partes del estómago de Moreno, de manera que este órgano funcione en forma de tubo.
También dividieron el duodeno para conectarlo con una parte del intestino y el páncreas y la vesícula biliar, lo que cambiará su proceso digestivo.
Antes de tomar la última cena sólida en los próximos meses, pues luego de la cirugía su alimentación será a base de líquidos, Moreno contó la noche del martes a Efe que estaba “contento y nervioso” por la operación.
Refirió que sueña con tener una vida normal y crear una fundación para ayudar a quienes tienen obesidad en un país con “muchos gorditos”.