BERLÍN. El fabricante automovilístico alemán Volkswagen informó hoy de que ha detectado también “irregularidades” en la certificación de emisiones de CO2 que afectan a alrededor de 800 mil vehículos del grupo, con un riesgo estimado para la compañía de unos dos mil  millones de euros.

 

Según explicó en un comunicado, durante las investigaciones abiertas en torno a los motores diésel por las acusaciones de las autoridades medioambientales estadunidenses, que se centraban en las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx), se ha detectado que algunos modelos presentaron datos irregulares de emisiones de CO2.

 

Sin especificar marcas o modelos, la empresa cree que este caso puede afectar a 800 mil  vehículos, principalmente con motores diésel, y afirma que “los riesgos económicos se han cifrado en una primera evaluación en dos mil  millones de euros”.

 

En septiembre, tras desvelarse el escándalo por el trucaje de motores diésel que afectaba a 9.5 millones de vehículos, ya anunció una provisión de seis mil 500 millones de euros.

 

Volkswagen explicó hoy que se pondrá en contacto “de manera inmediata” con las autoridades responsables de las homologaciones para trasladarles su información, lo que contribuirá a realizar una estimación más fiable de las “consecuencias jurídicas y económicas de unos hechos que no están totalmente aclarados”.

 

Según precisó, durante las investigaciones puestas en marcha por el grupo se ha detectado que en la certificación de CO2 de algunos modelos se fijaron valores más bajos de emisiones de esos gases y por lo tanto también de consumo.

 

El presidente de la junta directiva del grupo, Matthias Müller, recordó que desde el principio del escándalo se comprometió a aclarar lo sucedido “completamente y sin miramientos” y aseguro que no se detendrá “ante nada y ante nadie”.

 

“Es un proceso doloroso, pero no hay alternativa para nosotros. Para nosotros sólo cuenta la verdad”, manifestó.

 

El grupo se pondrá en contacto con las autoridades competentes para aclarar lo sucedido y para certificar de forma correcta los valores de CO2 de los vehículos afectados.

 

Según apuntó, en ningún caso este hecho afecta a la seguridad de los coches.