Mucho antes de que en México la Suprema Corte de Justicia de la Nación encendiera nuevamente el debate sobre la legalización de la mariguana para fines recreativos, desde Estados Unidos una corriente de economistas encabezada por el premio Nobel Milton Friedman (de la Universidad de Chicago) le pidió a su gobierno que permitiera la comercialización de la planta, pues era caro combatirla y no generaba dinero para el país.
En una carta dirigida al gobierno de Estados Unidos en 2005, 530 economistas de las más prestigiosas universidades de ese país, como la de Harvard y la de Chicago, firmaron una petición dirigida al ex presidente George W. Bush para expresar su respaldo al reporte “Las implicaciones presupuestarias de la prohibición de la mariguana”, que elaboró el académico Jeffrey Miron, de la Universidad de Harvard.
“Reemplazar la prohibición de la mariguana por un sistema de impuestos y regulaciones similar al que se utiliza para las bebidas alcohólicas produciría ganancias (entre ahorros e ingresos tributarios) de entre 10 mil y 14 mil millones de dólares anuales (…)”, señala la carta firmada por tres premios Nobel, entre ellos Friedman.
“Hacemos un llamado para la apertura de un debate honesto sobre la prohibición de la mariguana. Creemos que ese debate favorecerá un régimen en el cual la mariguana sea legal pero esté gravada y regulada de la misma forma que otros bienes”.
En entrevista vía correo electrónico, el académico Jeffrey Miron -quien elaboró el estudio- señaló que México y todos los demás países deberían legalizar la mariguana y otras drogas porque prohibirlas perjudican más a las economías que permitirlas.
“La prohibición, por ejemplo, genera mucha violencia generada por el mercado negro o ilegal. Mi opinión es que legalizar la mariguana sí ayudará a reducir la violencia en México pero, en este punto, la que realmente ocasionan violencia en México es la ilegalidad de la cocaína, heroína y metanfetaminas”, señaló.
Milton Friedman fue investigador en el Instituto Hoover sobre Guerra, Revolución y Paz en la Universidad de Stanford y se le considera el líder de la escuela económica monetarista de Chicago. El profesor Friedman ganó el Premio Nobel de Economía en 1976 y recibió la Medalla Nacional de la Ciencia y la Medalla Presidencial de la Libertad del Gobierno de EE.UU. en 1988.
A este ideólogo de la corriente de economistas conocida como los “Chicago boys” le parecía que la legalización de la mariguana era un asunto de salud pública y que, incluso, continuar con la prohibición conducía a los usuarios de las drogas “blandas” (como la mariguana) a las “duras” (como la cocaína y la heroína).
“Si se legalizan, se destruiría el mercado negro y el precio bajaría drásticamente. Y, como economista, sé que precios más bajos tienden a generar mayor demanda. Sin embargo esto hay que tomarlo con grandes reservas. El efecto de la criminalización, de hacer ilegales las drogas, es conducir a la gente de las drogas blandas a las duras”, mencionó en una entrevista en 1991.
“La marihuana es una sustancia pesada y voluminosa y, por tanto, relativamente fácil de interceptar. Los agentes antidroga han tenido más éxito apresando marihuana que, por ejemplo, cocaína. Así, los precios de la marihuana han subido, es más difícil obtenerla. Ha habido un incentivo para cultivar marihuana más potente y la gente se ha dirigido de la marihuana a la heroína, la cocaína o el crack”.
Esta línea de pensamiento es la que siguen economistas mexicanos como Isaac Katz, profesor del ITAM, quienes sostienen que la determinación de consumir o no drogas debe ser individual y no debe estar regulada por el Estado Mexicano.
“Cuando un individuo decide libremente consumir alguna droga porque lo considera un bien del cual deriva satisfacción, solo él o ella asumen el costo directo de su acto. Como su consumo no le está causando un daño a nadie más, las drogas no tienen por qué ser ilegales”.
“Su prohibición se constituye como un atentado en contra de la libertad individual para elegir qué es lo que más le conviene hacer con sus recursos, incluido su propio cuerpo”, menciona el académico mexicano en su artículo “Permítanme drogarme, es mi vida”, en el portal AsuntosCapitales.com.