En un partido de cavernícolas tenían que ser los detalles de genio los que definieran la contienda. Jesús Corona ingresó al partido ante Honduras para resolver 0-1, acompañado por otra pincelada de Damm (0-2), suficientes para darle a México el triunfo, en el estadio Olímpico de San Pedro Sula. Victoria que deja al Tri con seis puntos de seis disputados y de líder de su sector en la eliminatoria de Concacaf para Rusia 2018.

 

Los golpes y patadas estuvieron más cargados por el lado hondureño y terminaron con un primer tiempo para el olvido; sin posibilidad de llegada para ambos equipos. La Selección Mexicana, de Juan Carlos Osorio, estuvo demasiado ocupado en no distraerse, sin escudos naturales y con Héctor Herrera y Andrés Guardado más ocupados en defender que en construir.

 

Tres puntos que costaron huesos, y lo constató Luis Garrido, quien sufrió una fractura cuando Javier Aquino le cayó encima de la rodilla, impulsado por un agresivo Wilmer Crisanto; acción que acabó con una lesión grave para el hondureño.

 

Fue hasta el segundo tiempo, cuando desde la banca vino la revolución nacional. Una vez que las piernas ya pesaban a los locales, llegaron los hombres frescos del banco nacional. Antes, Raúl Jiménez había fallado la más clara del Tri.

 

Entonces, llegó Jesús Corona y le puso color verde, blanco y rojo a San Pedro Sula, al minuto 66 (0-1), y al 72, otra genialidad. Definición a lo Magic Johnson de Jürgen Damm, en el primer balón que tocó, engañando que centraba y definiendo ante la salida de Noel Valladares: 0-2 contundente y claro en el debut de Juan Carlos Osorio al frente del Tricolor, en calidad de visitante. No es poca cosa, después de todo, hace 50 años que no se ganaba en San Pedro Sula.