MADRID. A poco más de dos horas del inicio del clásico que enfrentará al Real Madrid y al Barcelona, la normalidad y la máxima seguridad reinan en los aledaños del estadio Santiago Bernabéu, convertido en un campo de futbol blindado tras los atentados terroristas que dejaron 130 muertos en París hace poco más de una semana.
Cuando todavía no han cortado las calles que rodean el campo del Real Madrid (Concha Espina, Padre Damián, Doctor Fleming, Rafael Salgado y Gutiérrez Solana se cerrarán al tráfico), los únicos elementos que rompen la estética habitual de la zona del coliseo son las extremas fuerzas de seguridad que vigilarán hasta el más mínimo detalle para que no ocurra nada fuera de lo normal.
A lo largo de los dos últimos días ya ha podido verse en los alrededores del campo del Real Madrid un adelanto de cómo iba a ser el dispositivo. Sobre todo, el viernes por la tarde, cuando unidades caninas de la Policía Nacional inspeccionaron las zonas que rodean el Bernabéu para buscar cualquier artefacto sospechoso.
También la unidad de subsuelo de la policia nacional buscó cualquier indicio sospechoso en el alcantarillado de las calles que rodean al estadio madridista.
Pero, a poco más de dos horas para que empiece el encuentro, ya se puede ver un despliegue que llama mucho más la atención. Cerca de 1,200 policías nacionales, 1,400 agentes de seguridad privada, 122 policías municipales, 80 sanitarios del Samur y 60 de la Cruz Roja, velarán por la seguridad de los aficionados.
De momento, no han comenzado los controles y los cacheos y la normalidad, dentro de la excepcionalidad de unas medidas extremas nunca vistas en un partido de futbol en España, es la palabra que podría definir el estado de los transeúntes que pasean por la zona antes de que empiece el partido más seguido del planeta.