Decenas de viviendas en varios edificios de lujo del barrio de Santa Fe, en Ciudad de México, una de ellas de la ex miss Universo Alicia Machado, permanecen al borde del abismo por unos derrumbes de tierra que han provocado un alud de denuncias y evidenciado la urbanización desaforada en la capital mexicana.

 

El pasado 27 de octubre se desprendieron del cerro donde están los exclusivos edificios, en el fraccionamiento residencial Vista del Campo, cerca de seis mil  metros cúbicos de tierra, dejando a los bloques de viviendas a escasos metros de caer por un barranco de decenas de metros de altura.

 

 

Desde entonces se han registrado al menos cuatro derrumbes más y el riesgo de nuevos corrimientos sigue latente, especialmente en una ciudad famosa por sus torrenciales lluvias y sus temblores de tierra.

 

 

Por el momento, más de un centenar de vecinos de tres de las cinco torres del complejo residencial afectado han sido desalojados de sus hogares, entre ellas la ex reina de belleza venezolana.

 

 

Un equipo de Efe que realizó un recorrido por la zona descubrió a dos personas asomándose por el balcón de un departamento en el quinto piso de la torre más cercana al precipicio y que debió haber sido ya desalojada en su totalidad.

 

 

El abogado Juan Rivero Legarreta, representante de vecinos de Vista del Campo y dueño de uno de los departamentos, explica que al menos dos familias siguen habitando estas torres porque “no tienen dinero para irse a un hotel o a otra casa, es muy peligroso”.

 

Rivero relató a Efe que los residentes han tenido que encontrar, por medios propios, dónde vivir hasta que las autoridades den con el responsable del derrumbe, realicen estudios de suelo y concluyan labores de mitigación en el terreno, que pueden conllevar el desplazamiento de toneladas de tierra.

 

 

El conflicto podría extenderse por meses, detalló el abogado, mientras los vehículos de mudanza no paran de llegar. Más de un centenar de personas “están en la calle o rentando” en otro lado, “es un problema gravísimo”, agregó.

 

 

La renta en los departamentos allí, según los anuncios de internet, llegan hasta los 45 mil pesos mensuales (aproximadamente dos mil 700 dólares). El propio Rivero compró el suyo hace unos cuatro años a un precio de 850 mil dólares.

 

 

“Ahorita no hay ni quien rente, ni quien compre, ni quien nada”, lamentó el jurista.

 

 

La paradoja del caso es que en una zona adyacente vive gente de bajos recursos, muchos de ellos en chabolas.

 

 

 

Foto: EFE
Foto: EFE

 

La señora Prisca, que tiene un humilde puesto de abarrotes (ultramarinos) en San Mateo Tlaltenango, a pocos metros de allí, indicó a Efe que desde hace años “es común que haya problemas con la tierra en Santa Fe” y denunció que si “las piedras se hubieran caído” del lado donde ella vive no hubieran recibido tanta atención.

 

Sobre la avenida con vista al talud desgajado, automóviles y peatones se detienen a tomar fotografías. “Es la nueva atracción de Santa Fe”, bromea un taxista.

 

El Gobierno de la capital mexicana ha anunciado un plan para iniciar las labores de mitigación, demoler construcciones en riesgo y revisar los permisos de las propiedades afectadas para determinar las acciones legales contra los responsables.

 

 

Foto: EFE
Foto: EFE

 

La fiscalía capitalina reconoció el viernes que las dos antenas de telecomunicaciones que provocaron el derrumbe, propiedad de las empresas American Tower y Nextel, pesaban 18.5 toneladas y al parecer fueron instaladas sin permiso, aspecto que corroboró Miguel Ángel Salazar, jefe de la delegación de Cuajimalpa.

 

En este escenario no paran de llover las denuncias, una de ellas de Carlos Rosette Herrejón, propietario de la casa donde fueron colocadas las antenas de telecomunicaciones, y otra del propio Rivero, según informó la fiscalía local.

 

Mientras se resuelve la cuestión legal, ahora “el problema es tratar de parar el deslave”, aseguró Rivero a Efe. “Después vemos quién va a pagar la renta”, concluyó.