Cuando uno ingresa al sitio www.lopezobrador.org.mx –la página oficial del líder político y social–, puede ver dos pestañas: Declaración de Principios y Programa. En ambas hay un enlace que lleva a los documentos respectivos.
En la Declaración de Principios de Morena –partido construido por y para el tabasqueño–, se menciona la palabra “corrupción” cinco veces, pero “transparencia” no aparece en el texto. En el Programa del partido, la primera aparece 10 veces, sin embargo, la segunda no se manifiesta. Al parecer, la omisión del término “transparencia” no es reciente. Si uno ve el Estatuto de Morena de 2013, en el que aún no se autodenominan partido político, la palabra no se menciona ni una sola vez. “Corrupción”, en cambio, se escribió ocho veces. En el Estatuto actual del partido, que publica el sitio web del Instituto Nacional Electoral , “corrupción” vuelve a aparecer ocho veces y “transparencia” debuta con sólo dos menciones en 51 páginas.
Esto no es representativo necesariamente, pero se podría interpretar que, en cierta medida, el tema no es prioridad para el partido de López Obrador o existe ambigüedad para con el uso o significado del concepto. Y aunque lo mencionaran más, la verdadera transparencia no se dice, se hace. Ésta no es un tema aparte, sino uno que se aplica a las demás áreas del partido. Si López Obrador quiere hablar de mafias, de poderes fácticos, de desvío de recursos y de intereses perversos –cosas realmente presentes en México–, debería comprometerse más con esta herramienta inherente a la democracia.
La iniciativa #3de3, del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) y Transparencia Mexicana –que concentra las declaraciones patrimonial, de intereses y de impuestos de funcionarios y personas de interés público–, es un paso que López Obrador aún no toma. Es cierto, lleva pocas semanas como presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, pero la realidad es que, por su peso político a nivel nacional, debió hacerla hace mucho como muestra de compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas –su partido recibe millones de pesos del dinero público–, tal y como lo han hecho 291 políticos y funcionarios hasta ahora.
Del conjunto de dirigentes partidistas nacionales, solo Ricardo Anaya –presidente del PAN– y Agustín Basave –presidente del PRD– han participado en la iniciativa. Si bien aún faltan las tres declaraciones de Manlio Fabio Beltrones –presidente del PRI–, Dante Delgado –coordinador nacional de Movimiento Ciudadano–, Luis Castro –presidente de Nueva Alianza- y Hugo Eric Flores –presidente de Encuentro Social–, López Obrador, aquel que presume el monopolio de la autoridad moral entre los políticos, no debe ignorar tan importante proyecto en pro de la transparencia. Se lo debemos exigir a él y al resto.
En el mismo sitio web –el de López Obrador–, uno se topa con un spot titulado “Gracias por tu confianza”. En éste, el político reitera: “y si por ser honesto (…) me acusan de populista, que me apunten en la lista”. Pero podría ser mucho más honesto…