Estamos justamente a una semana de la decisión de política monetaria de la Fed, que sin duda es la más importante y esperada por el mercado internacional. Hemos revisando resultado por resultado de los datos económicos conocidos hasta el momento. No hay duda de que los diferentes indicadores analizados están mixtos, pero la credibilidad de los miembros de la Fed, por un lado y un 2016 de elección presidencial, generaría ese posible inicio de normalización de tasas de interés de manera muy gradual como una señal de que la economía americana crece “saludablemente” y servirá para medir la volatilidad de los mercados.
Claramente vemos que en lo que respecta al empleo, las condiciones actuales de generación es positiva al registrar un promedio mensual de 220 mil en este 2015, aunque a finales de 2014 el promedio rondaba los 250 mil. La tasa de desempleo se ubica en 5.0% con una tasa de participación de 62.5% de las más bajas en muchos años, lo que genera cierta duda de la efectividad de generación real. La construcción empieza a despertar y en noviembre representó 16% de la generación de empleos, pero el sector servicios bajó de 94% a 77% y no digamos la producción industrial que se muestra nula.
La inflación, como hemos comentado, mantiene en la general mucha holgura para dar confianza a la Fed de que en el mediano plazo se dirija firme hacia 2.0% como objetivo. Seguimos viendo valores de materias primas a la baja. Solamente la inflación subyacente, que elimina alimentos y energía, se mantiene en niveles de 1.9% anual muy estable. Sin embargo, si revisamos la inflación al productor, ésta se encuentra en terreno negativo, lo que refleja condiciones poco confiables.
El pasado viernes conocimos el dato de la balanza comercial que sirve para revisar las condiciones tanto de la economía interna americana así como de la global. Hay una tendencia de baja en el ritmo, tanto de las exportaciones como de las importaciones. Como ejemplo, en 2009 las exportaciones alcanzaron un crecimiento anual de 20% y las importaciones de 27% y actualmente decrecen 4.3% y 2.6%, respectivamente, lo que habla de una condición económica global muy modesta que con un dólar fuerte que ha perdido terreno.
El motor de la economía, como es el sector servicios, registró en noviembre un dato por debajo de lo esperado. El ISM viene mostrando movimientos entre 55 y 60 puntos desde 2014 donde la actividad de negocios se desaceleró un poco.
La política monetaria divergente entre Europa y EU está claramente marcada y a pesar de una limitada recuperación del euro, las señales del Banco Central Europeo de expandir el plazo de compra de activos, al menos hasta marzo de 2017, refleja el riesgo de caer en la deflación y de un crecimiento económico aún moderado, lo que mantendría al dólar aún en niveles altos. Ahí viene China y Japón que seguirán con diversos programas de estímulos económicos.
Por eso al evaluar las condiciones reales para iniciar el ciclo de alza en las tasas de interés en EU, vemos que existen, pero no tiene la capacidad de aumentos constantes. Los futuros en el mercado se mantienen en niveles superiores a 70% para que la Fed inicie con 25 puntos base.
Los mercados están resintiendo esa incertidumbre con sesgos más negativos, pero con cierta volatilidad “ordenada” hasta el momento.