La historia comienza cuando los simpatizantes del ex sacerdote Ángel Melo Rojas tocaron las campanas de la iglesia del pueblo y llamaron a los feligreses a misa.

 

Ahí, en la parroquia de San Andrés Chiautla, un municipio cercano a Texcoco, Melo Rojas hizo un anuncio: sería candidato a alcalde por el municipio de Chiautla.

 

Era primero de mayo y a pesar de que oficialmente ya no era sacerdote, se le permitió oficiar misa para arrancar su campaña.

 

Finalmente, Melo Rojas abanderó los colores del PRI y ganó.

 

El pasado 4 de diciembre rindió protesta como presidente municipal, cargo en el que duró cinco días.

 

La noche del 8 de diciembre, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anuló la elección.

 

¿El motivo? Encontraron las pruebas suficientes para sustentar la violación al artículo 130 Constitucional, en imágenes de video y en invitaciones impresas.

 

Esa sólo es una de varias historias en las que la religión se mezcla con la política, aquí a unos minutos del Distrito Federal. En donde el delito era claro, pero aún así, las campañas y el gasto de recursos siguieron.

 

Valle de Chalco

En el Palacio Municipal de Valle de Chalco Solidaridad, Ramón Montalvo Hernández rindió protesta como alcalde, por segunda ocasión. Era cuatro de diciembre y ahí, ante seguidores y funcionarios salientes y entrantes, tomó una Biblia, que mandó a comprar minutos antes, puso su mano sobre ella, y al estilo estadounidense el perredista juró trabajar por los más pobres.

 

Estas historias se vivieron el pasado proceso electoral. En donde, al parecer, pocos partidos se salvaron de mezclar religión y política.

 

Por ejemplo, durante su recorrido por los municipios mexiquenses, el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador no se cansó de agradecer a Dios por sobrevivido a un infarto: “gracias a la suerte, a la ciencia y al creador”, decía.

 

El 30 de marzo publiqué en el periódico El Financiero, una recopilación de frases del morenista, en eventos con quienes serían los candidatos a alcaldes y diputados de su partido.

 

En esos recorridos, López Obrador contaba un chiste que atribuía a Abel Quezada, acerca de la creación d la Tierra:

 

“Cuando Dios nuestro señor, estaba entregando los bienes a todos los países del mundo, iba por el cielo, por arriba... y cuando pasó enfrente de Brasil, le dijo al ayudante: aquí dales buenas tierras, para producción agropecuaria, petróleo, selvas. Cuando pasaron por Venezuela, le dijo, aquí mucho petróleo, buenas tierras para la producción agropecuaria... y así, hasta que llegó a México y dijo: aquí dales oro, plata, cobre, petróleo, gas, buenas tierras para la producción, litorales, selvas, bosques. Entonces el ayudante dijo: ‘se les está pasando la mano’. No te preocupes, contestó Dios, también dales al PRI, ese se va a encargar de que no les rinda nada...”

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