La compañía aeroespacial privada SpaceX completó hoy con éxito una misión de gran dificultad técnica, en la que envió un cohete al espacio para poner varios satélites en órbita y el acelerador regresó a la Tierra, donde realizó un aterrizaje sin complicaciones.
Una cápsula Falcon 9 sin tripulación a bordo de la compañía californiana despegó desde Cabo Cañaveral (Florida, EU) a las 20:29 hora local (01:29 GMT del martes), con una carga de 11 satélites de comunicación.
Unos minutos más tarde, el acelerador se separó del resto del cohete, realizó un giro de 180 grados y regresó a la Tierra, donde aterrizó sólo 10 kilómetros más lejos de donde había despegado.
El resto del cohete, con la carga, siguió su ruta hasta conseguir poner los 11 satélites en órbita, una operación que duró en total alrededor de media hora.
El de hoy fue el primer envío de un cohete al espacio por parte de SpaceX desde el pasado 28 de junio, cuando otra cápsula Falcon 9, sin tripulación y que llevaba carga para la Estación Espacial Internacional (EEI), explotó minutos después de su lanzamiento.
La cápsula se encontraba a una altitud de 40 kilómetros, traspasada ya la fase del despegue que se considera más peligrosa por las fuerzas aerodinámicas.
SpaceX es la primera compañía privada que ha logrado un contrato con el gobierno estadounidense para llevar a cabo este tipo de operaciones y, en esa ocasión, llevaba más de dos toneladas y media de suministros para la EEI.
La empresa, con sede en California, tiene un contrato de 1,600 millones de dólares / 1,466 millones de euros con la NASA para realizar 12 misiones de abastecimiento a la EEI con su cohete Falcon 9 y su cápsula Dragon.
Estados Unidos retiró su flota de transbordadores en 2011 y perdió la capacidad para realizar viajes tripulados en un vehículo propio, por lo que ha dependido de las naves rusas Soyuz para enviar a sus astronautas a la EEI, con un costo de unos 70 millones de dólares / 64 millones de euros por vuelo.
SpaceX tiene previsto lanzar su primera misión tripulada en 2017.