MORELIA. Este sábado, padres de familia de los 30 normalistas presos en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) de Hermosillo, Sonora, se manifestaron para exigir la libertad de sus hijos, acompañados de otros jóvenes de escuelas Normales oficiales del estado y de integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

 

Dicha acción se hizo también para demandar la presentación con vida de los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, al cumplirse 15 meses de su desaparición, aquel 26 de septiembre de 2014, así como de rechazo a la Reforma Educativa.

 

La movilización fue del Obelisco a Lázaro Cárdenas a Palacio de Gobierno, donde encabezaron un mitin afuera de la sede oficial, a la cual se sumaron quienes mantienen un plantón magisterial en la Plaza Melchor Ocampo.

 

Y es que el pasado 7 de diciembre fueron aprehendidos 52 normalistas, 30 de ellos hombres y 22 mujeres. A todos los trasladaron a penales federales el 9 del mismo mes; a los varones al Cefereso de la capital sonorense, y a las féminas al de Coatlán del Río, Morelos, acusados de violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.

 

El presunto delito, porque tras la detención cuando realizaban un “boteo”, les encontraron 25 artefactos explosivos caseros, al parecer para utilizar contra los policías.

 

Sin embargo, el 15 de diciembre anterior el juez de la causa decretó la libertad de las 22 mujeres normalistas, por falta de pruebas, y más tarde fueron enviadas al Centro de Readaptación Social (Cereso) “Lic. David Franco Rodríguez” de Charo, Michoacán, para responder por la imputación de privación de la libertad al chofer de una empresa retenido el día de su captura, aunque igual quedaron libres bajo las reservas de ley.

 

Con los 30 normalistas fue diferente. A ellos les dictaron el auto de formal prisión el 12 de diciembre último, por el delito de violación a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos; pero el proceso continúa.

 

De ellos, la mayoría son originarios de Michoacán, salvo dos, uno de Colima y otro del estado de Guerrero. Sus edades oscilan entre 18 y 27 años.  DM