El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, señaló que es un acto ofensivo para México que el Senado de ese país -de mayoría republicana- no lleve a cabo el voto de confirmación de la propuesta para la embajadora en nuestro país, Roberta Jacobson.
En una inusual aparición en la sesión informativa diaria del Departamento de Estado, Kerry dijo que la relación de Estados Unidos con México es una de las más “significativas” y prospera en el “respeto mutuo”, por lo que el presidente Barack Obama designó a una profesional y una de sus mejores diplomáticas.
Obama nominó a Jacobson desde junio pasado y fue aprobada por el Comité de Relaciones Exteriores del Senado luego de dos posposiciones. Sin embargo, no ha sido calendarizada por el pleno para su aprobación.
El jefe de la diplomacia estadunidense reclamó al Senado que impida la labor de las relaciones exteriores de Estados Unidos al dejar vacantes hasta por más de un año importantes puestos, solo por bloquear las nominaciones presidenciales.
Legisladores demócratas como Ben Cardin se han quejado por las dilaciones en el proceso de ratificación de 16 nominados del presidente Obama a diversos puestos de importancia, varios de ellos de carácter diplomático.
Relación más fuerte que nunca
Por su parte, el embajador mexicano en Washington, Miguel Basáñez Ebergenyi, aseguró que la imagen y la relación de México con Estados Unidos está más fuerte que nunca, además de que se han incrementado el intercambio comercial y el flujo de estudiantes entre ambas naciones.
En el marco de la XXVII Reunión de Cónsules y Embajadores, el representante del gobierno de México ante la Unión Americana detalló que el escenario en materias económica, social y educativa en ese país vecino es prometedor.
Muestra de ello es que más de la mitad de los estados de esa nación tienen como primero o segundo socio comercial a México, y las empresas mexicanas que operan allá generan aproximadamente nueve millones de empleos.
En la parte social resaltó que 50% de las familias mexicanas tiene a un familiar en Estados Unidos, mientras que la comunidad estadunidense más grande fuera de su país está en México, con más de un millón de integrantes, situación “que habla de la profunda relación entre ambas naciones”.