La serie documental “Making a Murderer”, estrenada el 18 de diciembre en la plataforma Netflix, ha motivado una campaña en internet, apoyada por más de 350,000 firmas hasta la fecha, para pedir la liberación de un preso condenado por asesinato.

 

“Making a Murderer”, que podría traducirse como “Fabricando a un asesino”, es una serie documental que relata en diez capítulos la historia de Steven Avery, un hombre de Wisconsin (Estados Unidos) que en 1985 fue encarcelado por un caso de presunta violación y liberado dieciocho años después tras una prueba de ADN que demostró su inocencia.

 

En 2005, Avery fue nuevamente acusado, esta vez junto a Brendan Dassey, por el asesinato de una mujer, motivo por el cual fue condenado a cadena perpetua y por el que sigue entre rejas.

 

La serie, que es el fruto de diez años de investigación, planteó dudas e interrogantes sobre la limpieza y justicia de ambos casos, motivos que recogió una campaña en internet para pedir la liberación de Steven Avery.

 

Hasta el viernes, la campaña bajo el título “Free Steven Avery” en el sitio change.org acumuló más de 350.000 firmas de apoyo.

 

Frente a las acusaciones de parcialidad e injusticia, diferentes autoridades en el estado de Wisconsin argumentaron que el documental ha obviado pruebas y detalles que sí justifican la culpabilidad y condena de Avery.

 

El debate sobre estos dos casos y sobre las garantías del sistema judicial en Estados Unidos sobrevoló los medios de comunicación y las redes sociales en los últimos días, e incluso la Casa Blanca respondió el viernes de manera oficial a la petición de indulto de la campaña.

 

A través de un comunicado, la Casa Blanca subrayó que el presidente Barack Obama no puede indultar a un preso condenado por un crimen estatal, como es el caso de Steven Avery, ya que sus poderes solo afectan a los casos federales.