Si los políticos hubieran visitado el Museo de las Constituciones, sabrían que José María Morelos y Pavón no sólo rechazó el nombramiento de “Su alteza serenísima”, sino también el de “Generalísimo”. Y fue, justo en el momento en el que el Congreso quería nombrarlo así, que pidió que los llamaran “El Siervo de la Nación”.
Pero como una parte importante no está interesado en conocer su historia, lo siguen llamando así. Van dos ejemplos:
1.-El timbre postal conmemorativo del 250 aniversario de su natalicio, se llama:
“250 Aniversario del Natalicio del Generalísimo Don José María Morelos y Pavón”.
2.-En 2008, el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, nombró a Agustín Guerrero coordinador de la brigada “Generalísimo Morelos”.
¿Y por qué lo rechazó? Más allá de la información que se puede encontrar en el museo, el historiador Carlos María Bustamante afirma que el rechazo se debió a que ese nombramiento no podía convenir a un sistema liberal representativo.
En la información expuesta en el Museo de las Constituciones se lee:
“El Congreso se reunió cuando Morelos estaba en lo más alto de sus éxitos militares y le dio el nombramiento de “Generalísimo” con el tratamiento de “alteza”, que el cura declinó para adoptar el más modesto de Siervo de la Nación”.
Existe una versión que señala que el Congreso le impuso el cargo de “Generalísimo” porque fue por aclamación popular. Pero el hecho es que él no lo quiso en un inicio.
El Museo
Ubicado en la zona norte del Centro Histórico, entre locales y puestos del comercio informal, se encuentra el Museo de las Constituciones.
Cuando lo visité la primera vez estaba grafiteado por fuera, pero por dentro, la información se encontraba dispuesta de una forma clara y sintética.
El Museo es una opción, para quien quiera conocer más de la Constitución a un año de su centenario y para no cometer los errores de quienes dicen enarbolar los ideales de Morelos, pero no entienden su pensamiento.
Fue precisamente en este lugar en donde se redactó la Constitución del México de 1824, en donde, el pasado 4 de febrero se firmó, entre la UNAM y el Senado, un convenio para realizar las actividades rumbo a los 100 años de la carta magna de 1917.
Pero la nota que dio cuenta del hecho, sólo se quedó en el evento político, por lo que me permití, hablar un poco más de lo que se puede encontrar en ese lugar.
Quien lo visita hará un recorrido por las entrañas y los cimientos de nuestra nuestra Constitución y verá cómo se fue transformando el pensamiento y las necesidades de nuestro país, como una nación democrática.
Se encontrarán con principios tan avanzados para la época en que fueron promulgados, como la prohibición de la esclavitud, la igualdad de las personas y los derechos humanos, en documentos de hace dos siglos. Pero también con temas ya superados actualmente, como considerar a la religión católica como la única que se debe profesar en el Estado, o la de poder juzgar a los legisladores por herejía.
Algunos de nuestros políticos deberían aprovechar la existencia de este museo y entender las raíces de la actual Constitución. Tardarán poco más de una hora en darse una embarradita de una parte importante en la construcción de la nación.
Los Sentimientos de la Nación
En el museo se encuentra las diferentes Constituciones que ha tenido el país.
Y a propósito de Morelos, podrán conocer una breve historia sobre la elaboración y lectura de Los Sentimientos de la Nación.
Al hacer un repaso del documento, podrían destacarse varios puntos. A mi me llamaron la atención los siguientes artículos:
“5.- Que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo, el que sólo quiere depositarla en sus representantes dividiendo los poderes de ella en Legislativo, Ejecutivo y Judicial eligiendo las provincias sus vocales, y estos a las demás, que deben ser sujetos sabios y de probidad.
12.- Que como la buena ley es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que obliguen a constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia, y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejore sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto”
Precisamente en los momentos que vive el país, hablar de moderación entre opulencia e indigencia es importante. Y justo cuando se debate un incremento al salario mínimo, uno puede encontrarse con esa frase: “de tal suerte que se aumente el jornal del pobre, que mejores sus costumbres, alejando la ignorancia, la rapiña y el hurto”.
Sobre esas bases se fundó la patria. A partir de esos sentimientos se construyó esta nación, pero hay servidores públicos que se han olvidado, o lo han ignorado.
Hay otros artículos de este documento que han sido rebasados. Pero no hay que olvidarlos, para no regresar a ellos.
Por eso, si no tiene nada qué hacer este fin de semana, el Museo de las Constituciones, bajo resguardo de la UNAM, ubicado en la calle del Carmen 31, es una opción.