Desde que el cine mexicano comenzó una nueva era en el año 2000, gracias a un ex locutor de radio que apostó por lo que siempre quiso hacer y le dio un giro a la manera de contar historias, el talento mexicano, sobre todo detrás de la cámara, se ha convertido en uno de los más respetados en el mundo.
Cuando Alejandro González Iñárritu sorprendió a propios y extraños hace ya 16 años con Amores Perros, quizá pocos veían venir la sucesión de éxitos y logros que han cosechado no sólo él, sino sus otros dos grandes colegas y que forman lo que se dio a conocer en su momento como Los Tres Amigos: Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro.
De los tres, Iñárritu fue el que más tarde llegó al mundo del cine, pues Cuarón y Del Toro ya traían una carrera importante tanto en el medio fílmico nacional como en el extranjero, particularmente en Hollywood. formó parte del llamado Nuevo Cine Mexicano de principios de los 90 gracias a Sólo con tu Pareja, en la que abordó de una manera divertida y poco ortodoxa la problemática del sida y la manera como se veía en ese entonces. De ahí continuó con ese poema infantil llamado La Princesita (donde Chivo Lubezki se comenzó a perfilar como un genio de la lente a nivel global) y Grandes Esperanzas, quizá una de sus obras menos valoradas pero en la que tuvo bajo su dirección a dos leyendas de Hollywood, como Anne Bancroft y Robert De Niro, y a dos estrellas como Ethan Hawke y Gwyneth Paltrow.
Por su parte, Del Toro había dado muestras de su habilidad como gran contador de historias macabras, poco usuales e imaginativas con Cronos y Mimic, su primera incursión en La Meca del cine que, si bien fue una pesadilla para filmar y es quizá su película menos lograda, hizo que su nombre fuera conocido en todo el mundo y le dio un aliciente tras haber tenido que abandonar el país de sus amores debido al secuestro de su padre.
Para inicios del presente siglo, pocos hubieran imaginado el impacto que estos tres cineastas tendrían a nivel mundial (que incluye a sus directores de fotografía, Rodrigo Prieto, Emmanuel Lubezki y Guillermo Navarro), con filmes como Y tu mamá también, Harry Potter y El Prisionero de Azkabán y Niños del Hombre (Cuarón); y El Espinazo del Diablo, Hellboy, El Laberinto del Fauno o Titanes del Pacífico (Del Toro).
Amores Perros, en ese sentido, sirvió como un inesperado punto de partida para que el talento mexicano comenzara a destacar de manera importante en el cine hecho fuera de nuestro país. El filme fue el primero hecho en México que fue nominado al Oscar como Mejor Película Extranjera en muchísimos años, y aunque perdió ante El Tigre y el Dragón, marcó no solamente un estilo que decenas quisieron imitar en los años posteriores, sino el camino para un cineasta que, ahora, está a punto de hacer historia, otra vez, en la próxima entrega del Oscar.
Todo lo anterior viene a colación por el premio que ganó Iñárritu apenas el pasado sábado 6 de febrero, cuando por segundo año consecutivo se hizo acreedor al reconocimiento que otorga el Sindicato de Directores de EU (DGA, por sus siglas en inglés), en lo que fue un hecho sin precedentes.
Y es que no nada más Iñárritu fue reconocido por sus colegas cineastas, sino que se puso a la par de leyendas como David Lean, Francis Ford Coppola, Oliver Stone y Clint Eastwood, entre otros que han ganado dos veces el galardón, sino que se convirtió en el primero en lograrlo dos años consecutivos. Nadie, ni siquiera Steven Spielberg (quien tiene el récord de premios del DGA con tres ganados de once nominaciones), lo ha conseguido.
Si a eso le agregamos que en los últimos tres años el premio del DGA ha sido para mexicanos, incluyendo el triunfo de Alfonso Cuarón en enero de 2014 por Gravity, estamos hablando no sólo de un hecho sin precedentes, sino de una muestra firme de que ambos están entre los mejores cineastas del mundo… reconocidos por los propios cineastas. Y eso se llevó al Oscar, que los dos últimos años ha sido ganado por Cuarón e Iñárritu y con grandes posibilidades de que este último repita.
Y no son los únicos. Del Toro ha ganado reconocimientos importantes a Mejor Director como los Saturn Awards, Hugo Awards, el Goya y hasta el Oscar como Mejor Película Extranjera con El Laberinto del Fauno; y gracias al impulso que los famosos Tres Amigos le han dado al talento azteca, otros han podidom destacar en otros importantes eventos fílmicos mundiales.
Ahí están los casos de Carlos Reygadas y Amat Escalante, que han ganado la prestigiadísima Palma de Oro a Mejor Director del Festival de Cannes (que también ganó Iñárritu, por Babel) por Post Tenebras Lux y Heli, respectivamente.
Así que lo logrado por Cuarón e Iñárritu en el DGA y el Oscar no es poca cosa, y si bien no es un triunfo del cine mexicano (más bien es de mexicanos rompiéndola en el extranjero), sí es una muestra de que el talento mexicano detrás de una cámara de cine es, con mucho, de lo mejor en el mundo. Y hay que aplaudirlo.