La figura del city manager no existía en la Ciudad de México hasta la llegada de Arne aus den Ruthen. Y no es que él sea nuevo en la delegación Miguel Hidalgo (fue delegado de 2000 a 2003), sino que desde ese cargo se asegura de mantener en orden a la demarcación, a costa de golpes y mentadas de madre propinadas por guaruras.

 

El pasado martes 16 de febrero a las 22:00 horas, Arne fue atacado por un grupo de escoltas mientras realizaba un recorrido que transmitía por Periscope, para denunciar vehículos estacionados en lugares prohibidos. No es la primera vez que lo golpean por razones similares, calcula lleva casi 100 denuncias desde que comenzó su trayectoria en la función pública. En una entrevista con 24 HORAS, el city manager comenta cuál es su papel en la delegación y su percepción de la política.

 

¿Hay algún objetivo que tengas en cuanto a evidenciar ciertas problemáticas, algún político, algo a lo que realmente quieras poner el dedo con este tipo de denuncias?

 

No, no es personal, la intención es resolver problemas. Puedo hacer un periscope de un bache y tapar el bache, podar un árbol, un guarura; aquí en la delegación tenemos problemas y a eso nos dedicamos, a resolver problemas.

 

 ¿Cuál es la labor de un city manager?

 

El city manager se encarga de lo técnico y el alcalde se encarga de lo que tiene que ver más con la relación de las personas.

 

El alcalde dialoga, el alcalde platica con los medios, el alcalde lleva la relación con el Congreso, con el Cabildo lleva todas las relaciones con quien tiene que interactuar, concierta, llega a acuerdos, toda esa parte artística de la política lo hacen los alcaldes.

 

Los city manager nos encargamos de la parte técnica, de las lámparas, de los baches, de los programas sociales, de lo que no está a discusión: hay una regla, se cumple y punto, aquí no hay que acordar nada.

 

 ¿Cuál es el principal problema para hacer cumplir las normas?

 

El principal problema es la sociedad, la sociedad mexicana es inmadura en términos democráticos, todo mundo quiere que papá Gobierno haga todo y  no queremos asumir la responsabilidad, no sólo en la Miguel Hidalgo sino en la Ciudad de México y en el país todo mundo está esperando a que llegue Superman a resolver los problemas.

 

Se resignan cuando llega un presidente pendejo, significan seis años mentando madres esperando que llegue, ahora sí, el héroe, cuando en seis años podríamos hacer mucho más con independencia y ¡qué presidente tenemos! Los países los construyen las personas y no los gobernantes.

 

Los gobernantes nada más tienen la función de asumir cierta responsabilidad en la transformación de un país, pero las transformaciones reales son desde la trinchera ciudadana y ese es el gran reto de la delegación Miguel Hidalgo, construir ciudadanía.

 

¿Cuáles son las problemáticas más frecuentes que has encontrado en la delegación?

 

De problemas públicos el más frecuente es que no hay ciudadanía y de servicios lo más común son baches, desazolve.

 

Eres un personaje conocido en la delegación, ¿cómo te definirías dentro de la función pública, ahorita que todos los medios están volteando a verte?

 

Lo que pasa es que la política es muy hipócrita, por lo general el servicio público. Yo siempre he sido franco, y de hecho yo digo las cosas con franqueza y me dicen a veces que soy grosero. En otras sociedades se valora mucho la franqueza y aquí en México no nos gusta que nos digan las cosas de frente, de trancazo, quieren cachondeo que ‘por favorcito, mire extraordinario ciudadano’, les gusta que les hablen con crema chantilly.

 

¿En la delegación Miguel Hidalgo encontraste lo corrupto o el chantilly?

 

En todos lados, es una sociedad muy hipocritona que pensamos que todo mundo son los malos y nosotros somos los buenos. Cada vez que voy a poner orden en un lugar, el que está violando la ley me explica por qué la está violando y luego me dicen ‘por qué no vas con el otro vecino’ y les digo ‘no, no, yo vengo contigo, cumple tú tu parte y no me andes diciendo dónde tengo que ir’.

 

Es esa hipocresía que queremos que la ley se aplique a todos menos a uno, y eso es una hipocresía social que vivimos en nuestro país y que tenemos que romper más y empezar a vivir todos en un estado de derecho y legalidad.

 

¿Eres parejo en denunciar con la ciudadanía y con los funcionarios de la delegación?

 

Sí, yo no distingo, reparto parejo, por eso yo no milito en ningún partido, para no quedar mal con nadie. Yo no aspiro a cargos públicos, puedo hacer mi chamba y al que pesque y viole la ley lo vamos a sancionar sea quien sea.

 

Me he llevado al juez cívico a barrenderos de la delegación, a vecinos, no importa.

 

En la delegación ¿quién gobierna? Pareciera que estás haciendo la chamba de la delegada.

 

Yo soy del equipo de la delegada, la delegada está delegando en mí y yo a su vez delego en otras personas. Soy el director general que más empleados tengo, debo tener como 80% de los empleados de la delegación a mi cargo, y evidentemente 80% de la gente obedece mis instrucciones y yo obedezco instrucciones de la delegada, es como un brazo grande de la delegada; pero al final ella es la que manda.

 

¿Se podría decir que eres el brazo derecho de la delegada?

 

O el izquierdo, el que tú quieras, pero tiene dos brazos, el abogado y el city manager.

 

Cuando empiezan a haber tareas por la ciudadanía se llega a entender como proselitismo, ¿buscarías en algún momento volver a un cargo?

 

Yo no aspiro a cargos públicos y ojalá todo mundo haga proselitismo trabajando. No tengo aspiraciones, pero ojalá para todo mundo su carta de presentación sea el trabajo que hicieron, no la propaganda que compraron y las cochinadas que pegaron en los postes.

 

¿Tienes miedo con estos ataques?

 

No, ya me han atacado desde que fui delegado, la primera vez me rompieron el tabique de la nariz, si tuviera miedo no estaría aquí.

 

Y con este historial de denuncias ¿confías en la procuraduría, en que vayan a hacer algo?

 

Pues me ha ido muy bien con la procuraduría fíjate, porque soy un buen ciudadano.