Elon Musk, el visionario cofundador de Tesla –empresa de autos eléctricos- y fundador de SpaceX –transporte aeroespacial-, declaró que para 2025, ésta última planea llevar una tripulación a Marte. Esto, comenta el magnate, para iniciar el proceso de colonización del planeta rojo, ya que “es el único (…) en el que realmente tenemos una oportunidad de establecer una ciudad autosostenible” (CNN, 2016). Su vocación de futuro se dirige –literalmente- a las estrellas.

 

Es común que las grandes empresas de tecnología planeen proyectos a 10, 20 o 50 años. Incluso, algunas cuentan con áreas dedicadas la proyección de tendencias futuras para cimentar ideas, estar un paso adelante de la competencia, y ubicarse como pioneros. En mi mente afectada por un lente político permanente, surgió la siguiente pregunta: ¿un partido político nacional debería tener un área que, en base a proyecciones futuras, construya una plataforma a muy largo plazo? No hablo de un sexenio o una década. Hablo de planes a 30 o 50 años. Entidades como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) o la Universidad de Cambridge, ya dedican tiempo y recursos en proyectar el futuro –véanse los reportes “El futuro de las familias a 2030” de la primera, y “El futuro en la práctica: El estado del liderazgo en sostenibilidad”, de la segunda-.

 

Para ejemplificar esto usaré al PRI. Su plataforma política triunfó en 2012 y hoy gobierna a 121 millones de mexicanos. Si bien la Fundación Colosio –ala del PRI dedicada a la creación del plan de gobierno y la plataforma electoral- es un área respetada, conformada por académicos e investigadores, ésta no ve mucho más allá de la siguiente elección, salvo por algún ejercicio esporádico, no sistematizado. Según este texto, sería necesaria otra área, una dedicada enteramente al futuro de México.

 

¿Qué va ofrecer el PRI para los 32.4 millones de adultos mayores que habitarán México en 2050 –casi el triple que en 2013- (CONAPO, 2014)? Es posible que esto genere un grave problema de adultos mayores en situación de pobreza y/o abandono. ¿Qué política social busca prever esto desde hoy? ¿Qué planteará el PRI a los trabajadores despedidos por la creciente automatización de los empleos? ¿La educación pública del futuro se debería orientar a la programación? ¿La escuela deberá ser a distancia o el enfoque presencial debe preservarse? ¿Una fuerte vigilancia gubernamental a la ciudadanía en aras de algún bien mayor, o se debe respetar y acrecentar la privacidad social? ¿El PRI cree que el Estado del futuro debe participar en más aspectos de la vida nacional?

 

Y los temas sobran. ¿Cuál será la posición tricolor ante la inteligencia artificial o el rol de la industria robótica nacional e internacional en el país? Los transgénicos, ¿industria nacional consolidada o dilema bioético persistente? Con base en proyecciones energéticas, ¿el PRI irá planeando un esquema autosuficiente para los próximos 50 años? El PRI –el partido más importante, nos guste o no, del sistema político mexicano y cuyas políticas inciden en la vida de millones de personas nacidas y por nacer- debe hacer esto, y también los demás partidos con la capacidad de fondear una iniciativa así. De verdad no creo estar exagerando. Además de ayudar al debate nacional y complementar las plataformas políticas de los partidos, estas áreas ayudarían a sus candidatos a conectar mejor con la realidad mexicana, protegiendo su marca a largo plazo.

 

Sin olvidar que las proyecciones son fotografías de un momento estiradas al futuro, y que éste no se puede domar pero sí encaminar, concluyo mi texto con unas palabras muy pertinentes del presidente Peña, dichas en referencia al Programa Nacional de Población 2014-2018: “Con base en estas proyecciones, hoy México puede prever escenarios futuros, planear con sentido estratégico y tomar decisiones responsables para hacer frente a las demandas sociales y económicas, asociadas a estas tendencias”.