WASHINGTON.  Alfredo Beltrán Leyva, miembro de uno de los carteles de narcotráfico más conocidos de México, se declaró hoy culpable en Estados Unidos de haber traficado con cocaína y metanfetaminas y ahora se enfrentará a una condena mínima de diez años de prisión o una pena máxima de cadena perpetua.

 

Durante una vista en la Corte del Distrito de Columbia, Beltrán Leyva confesó ser parte del cartel que lleva sus apellidos y aceptó haber conspirado para introducir drogas en Estados Unidos entre 2000 y 2012, pero negó haber sido uno de los líderes de la organización, como afirma la Fiscalía.

 

“No, no era el líder. Era miembro de la organización simplemente”, dijo Alfredo Beltrán Leyva, quien en el momento de su declaración estaba de pie frente al juez Richard J. Leon y vestido con un traje de presidiario de una pieza de color marrón claro.

 

En su intervención, El Mochomo, alias del acusado, dijo que el líder de la organización era su hermano Arturo Beltrán Leyva, fallecido en diciembre de 2009, y evitó cualquier referencia a Héctor, otro hermano, capturado en octubre de 2014 y a quien las autoridades también sitúan en la cabeza del cártel familiar.

 

“Sí señoría, yo ayudaba a mi hermano Arturo y conspiré con mi hermano Arturo”, admitió el procesado cuando el juez le preguntó si había conspirado para introducir en EU al menos 5 kilogramos de cocaína y 50 gramos de metanfetaminas, cargo del sistema penal de EU con el que se formula uno de los delitos de narcotráfico.

 

Por este cargo, del que se declaró hoy culpable, Alfredo Beltrán Leyva podría enfrentarse a una condena mínima de 10 años de cárcel y una pena máxima de cadena perpetua sin la posibilidad de recibir, en ningún caso, beneficios penitenciarios para salir en libertad condicional de forma anticipada.

 

Extraditado de México a EU el 15 de noviembre de 2014, Alfredo Beltrán Leyva, de 45 años, conocerá su sentencia en junio, según dictaminó hoy el juez Richard J. Leon.

 

Con su declaración de culpabilidad, el narcotraficante mexicano aceptó que no se abra un juicio para determinar su inocencia o culpabilidad, no podrá testificar ni aportar testigos a la causa, y tendrá posibilidades muy limitadas de volver a Estados Unidos.

 

En la audiencia de hoy, la Fiscalía aseguró que de haberse celebrado un juicio podría haber probado que el procesado era “uno de los líderes del Cártel de los Beltrán Leyva” y que importó “decenas de toneladas” de drogas a Estados Unidos, algunas de las cuales acabaron en Washington.

 

“Con una red de policías corruptos y de contactos políticos, la organización dirigió una red de transporte de estupefacientes a gran escala para enviar por tierra, aire y mar múltiples toneladas de cocaína desde América del Sur y a través de América Central y México hasta llegar a EU”, afirmó hoy uno de los fiscales.

 

Según el gobierno estadunidense, para cobrar las deudas contraídas por la droga, los narcotraficantes no dudaron en utilizar “sicarios” o asesinos a sueldo, que llevaron a cabo cientos de actos de violencia, desde asesinatos hasta secuestros y torturas.

 

El proceso ha alcanzado una notable importancia porque la Fiscalía ha detallado en varias ocasiones la alianza que unió en la década de 1990 a los Beltrán Leyva y al Cártel de Sinaloa, liderado por Joaquín El Chapo Guzmán, quien fue arrestado el pasado 8 de enero y tiene pendiente su extradición a Estados Unidos.

 

Durante el proceso judicial, los fiscales han mencionado en varias ocasiones las reuniones que mantenían en las montañas de México Alfredo Beltrán Leyva y  El Chapo Guzmán para planificar el envío de grandes cantidades de cocaína a EU.

 

La detención en enero de 2008 de Alfredo Beltrán Leyva produjo la ruptura entre el clan familiar y el cártel de Sinaloa, encabezado por “el Chapo” e Ismael Mayo Zambada, a quienes los Beltrán Leyva acusaron de traición por supuestamente haber entregado a Alfredo.

 

El resultado de la ruptura entre las dos bandas criminales fue una violenta guerra entre ellas y el asesinato de miles de mexicanos, incluyendo políticos y numerosos policías.