MADRID. El rey de España, Felipe VI, no abrirá “por el momento” una tercera ronda de consultas con los partidos políticos, a los que deja negociar la formación de una mayoría que forme el nuevo gobierno tras las elecciones del 20 de diciembre.

 

En un comunicado, la Casa Real informó que esta fue la decisión del monarca tras reunirse este lunes con el presidente del Congreso de los Diputados, Patxi López, después de que la semana pasada fracasara la investidura del líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez.

 

“Su majestad ha comunicado al presidente del Congreso su decisión de no iniciar, por el momento, nuevas consultas con los representantes designados por los Grupos políticos con representación parlamentaria”, precisó la jefatura del Estado español en su comunicado.

 

“De manera que las formaciones políticas puedan llevar a cabo las actuaciones que consideren conveniente a los efectos de lo previsto en el artículo 99 de la Constitución”, abundó.

 

En posteriores declaraciones, López reiteró que la decisión del rey es no realizar una tercera ronda de consultas tras las dos realizadas en enero, una primera en que propuso a Mariano Rajoy, quien declinó al reconocer que carecía de apoyos para ser aprobada su investidura.

 

A finales de enero e inicio de febrero el rey realizó una segunda ronda de consultas, tras que propuso a Pedro Sánchez, que se sometió a debate de investidura entre el 1 y 4 de marzo, pero no consiguió la mayoría suficiente para ser investido jefe de gobierno.

 

El periodo prolongado sin formación del nuevo gobierno tras las elecciones de diciembre, es consecuencia de la falta de mayoría que dejó el resultado electoral y que facilite la investidura al primer o segundo lugar.

 

En los comicios de diciembre el Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy obtuvo 123 de los 350 que integran el Congreso de los Diputados, seguido de 90 del PSOE, 69 de la izquierdista Podemos, 40 de la centroderecha de Ciudadanos, y el resto de formaciones nacionalistas y regionales.

 

De acuerdo con el sistema parlamentario español, el partido que quiera formar gobierno debe someterse a debate de investidura en el Congreso, que aprueba con al menos 176 votos a favor (la mitad más uno) en una primera votación.

 

En caso de no aprobarse, en una segunda 48 horas después se puede conseguir por mayoría simple de más votos a favor que en contra.

 

En el debate de investidura de la semana pasada, Sánchez sólo obtuvo los votos a favor de su grupo parlamentario y de Ciudadanos, con el que logró un acuerdo de gobierno, y uno de Coalición Canaria (CC) para sumar 131 votos a favor, pero tuvo 219 en contra.

 

Tras la primera votación los partidos políticos tienen dos meses, hasta el 2 de mayo, para negociar y tratar de llegar a acuerdos que permitan una mayoría para la formación del gobierno, y en caso de no lograse se convocarían nuevas elecciones para el 26 de junio.

 

Sánchez y el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, anunciaron que mantendrán su acuerdo (que incluye 200 medidas políticas, económicas y sociales) para seguir las negociaciones con otras fuerzas políticas.

 

Por su parte, Rajoy reiteró que intentará esta vez sumar apoyos mediante una propuesta para una gran coalición en la que quiere que le apoye el PSOE y Ciudadanos.

 

El mandatario en funciones culpa a Sánchez de la negativa del PSOE a respaldar a la primera fuerza, ya que el resultado electoral hace necesario a los socialistas para que él pueda reelegirse en el cargo.

 

En tanto, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, volvió a llamar al PSOE a negociar la formación de un gobierno de izquierdas, pero rechaza negociar con Ciudadanos por tratarse de una formación de derecha.