BRUSELAS. Los veintiocho socios de la Unión Europea, que volverán a reunirse en el Consejo Europeo de la próxima semana, trabajan en una declaración conjunta “mejorada” sobre la respuesta a la crisis migratoria que incluirá referencias a Turquía de carácter general y que apuntará “detalles a perfilar en el futuro”.

 

Fuentes oficiales explicaron que las reclamaciones de Turquía, que fueron presentadas en las últimas 24 horas, suponen “decisiones importantes” que no estaban previstas y sobre las que las delegaciones no estaban preparadas para tomar una decisión ayer.

 

El llamado grupo de Visegrado -República Checa, Eslovaquia, Polonia y Hungría- se ha mostrado reticente al planteamiento que les expuso durante la primera sesión de trabajo del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, que ahora espera a que los Veintiocho tomen una decisión para volver a reunirse con ellos durante una cena de trabajo que originalmente no estaba prevista.

 

Davutoglu solicitó otros tres mil millones de euros a partir de 2018, que se sumarían a los tres mil millones iniciales que ya acordó con la UE para 2016 y 2017, así como adelantar a junio la liberalización de visados para ciudadanos turcos y acelerar la apertura de capítulos del proceso de adhesión del país a la UE.

 

A cambio, Ankara se compromete a aceptar la devolución de “todos” los inmigrantes económicos y refugiados que lleguen a Grecia mediante un mecanismo que garantice un balance final “neutral”: que cada persona repatriada hacia Turquía se corresponda con el traslado de un refugiado desde este país a la UE.

 

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, se ha mostrado durante la reunión a veintiocho claramente en contra de esta posibilidad porque considera que este tipo de políticas no hace más que provocar más inmigración, según fuentes comunitarias.

 

Otras delegaciones, como la sueca, dijeron que no tenían mandato para dar luz verde a medidas de esta índole, que deberían ser consultadas con su Parlamento nacional.

 

Debido al proceder del gobierno turco contra los kurdos y las violaciones de la libertad de prensa y de expresión, muchos jefes de gobierno y de Estado europeos ven con ojos críticos la adhesión de Turquía a la UE. Muy pocos Estados miembros se refirieron a la situación de la libertad de expresión y de prensa en Turquía, después de que las autoridades hayan confiscado y puesto bajo control del Ejecutivo el diario crítico “Zaman”.

 

Los únicos que hicieron referencia a estos casos fueron los primeros ministros de Italia, Matteo Renzi, y de Bélgica, Charles Michel, además del presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, quienes apuntaron a que estas situaciones podrían revisarse dentro del proceso de adhesión del país a la UE.