LA HABANA. La histórica visita del presidente Barack Obama a La Habana es vista por los cubanos y cubanas como la coronación simbólica de un parteaguas político y diplomático que inició en diciembre de 2014 y empezó a cambiar sus vidas de manera inmediata.

 

Cubanos de todas las edades entrevistados por Notimex coinciden en que los cambios en sus vidas diarias son evidentes en asuntos que van desde el inicio del correo directo, la llegada de remesas que facilitan pequeños negocios propios, así como más visitas a la isla de cubano-americanos.

 

“Todos los cubanos estamos muy felices, es un paso positivo para el mejoramiento de las relaciones entre ambos países, que nunca han sido malas entre los pueblos, siempre hemos estado hermanados”, dijo el habanero Juan Chávez posando frente al póster oficial del viaje.

 

Aunque algunos cubanos se muestran incómodos de dar sus nombres completos, lo que refleja uno de los pendientes de la agenda interna de libertades civiles, la abrumadora mayoría no puede ocultar la emoción de ser testigos de una transformación sin precedentes.

 

“Todo esto es extraordinario. Estamos muy emocionados”, comentó una trabajadora del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana mientras esperaba la llegada de Obama.

 

“El correo directo es algo muy bueno. Ya no tiene que enviarse por terceros países. Eso es mejor y más barato”.

 

Aunque protagonizará una intensa agenda oficial, con una recepción y cena de Estado, Obama diseñó el viaje como un amplio escaparate de interlocución con la sociedad civil, tanto de manera masiva como en corto.

 

Desde el Gran Teatro Nacional Alicia Alonso, Obama dirigirá el martes un mensaje nacional al pueblo cubano que será difundido por la televisión de Cuba.

 

Su agenda incluye un encuentro con emprendedores cubanos, en momentos que los llamados “cuentapropista”, las personas que abren un pequeño negocio, se ha catapultado de 150 mil a más de 500 mil en los últimos cinco años.

 

Juan, un cubano de 30 años, es uno de los “cuentapropistas” que decidió dedicarse al negocio de taxista en bicicleta. Paga 10 pesos cubanos a la semana por el avejentado triciclo y al final del mes sus ingresos rondan los 160 dólares.

 

“No está mal si fuera soltero, pero ya tengo una niña y hay que comprarle los pañales y la ropa y la comida. Y las piernas y la espalda duelen”, comenta.

 

No obstante dice que no se queja porque conoce a cubanos cuyos ingresos son de 10 pesos cubanos a la semana.

 

Aunque el fenómeno de los pequeños negocios propios precede la normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, el paulatino relajamiento de restricciones ha acelerado su crecimiento al facilitar la llegada de dólares y turismo.

 

Carlos Gutiérrez, el cubano que ha llegado al cargo más alto en el gobierno de Estados Unidos como secretario de Comercio del gobierno de George W. Bush, cree que el tema de los pequeños negocios propios no es un asunto menor para los cubanos.

 

“Cuba está cambiando, está cambiando el modelo económico en el sentido de que están introduciendo un factor de empresa privada (…) y tenemos que reconocer que uno de los derechos humanos más importantes que tienen los americanos es el derecho de ganarse la vida”, dijo a Notimex.

 

Los cubanos esperan cambios graduales en la isla con motivo del acercamiento con Estados Unidos y están conscientes que serán limitados mientras subsista el embargo económico.

 

“Casi todas las empresas ven oportunidad, ven que Cuba aunque es un país de 11 millones de habitantes (…) pero reconocen también que es un proceso lento, que es gradual, que no va a ser de un día para otro, entonces hay que tener paciencia”, sostuvo Gutiérrez.

 

Con todo, aerolíneas estadunidenses han externado su interés en participar en la apertura de viajes directos entre Estados Unidos y Cuba, y firmas como de telecomunicaciones como Verizon han empezado a ofrecer servicios limitados de interconexión celular.