WASHINGTON. La hija de la líder indígena hondureña Berta Cáceres pidió hoy en el Congreso de EU una investigación internacional independiente para aclarar el asesinato de su madre y el cese de la financiación para seguridad al Gobierno “corrupto” de Honduras.
Laura Cáceres acudió hoy al Congreso en Washington, invitada por el representante demócrata Hank Johnson, que apoya activamente el esclarecimiento del asesinato de la líder hondureña.
“El mundo perdió a Berta y eso nos tiene que doler a todos”, expuso la hija de la co-fundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh), asesinada con arma de fuego el 3 de marzo pasado en su casa.
Laura Cáceres, que sigue los pasos de su madre y su abuela con la lucha por los derechos de los indígenas y la preservación el medio ambiente en Honduras, pidió la ayuda de Estados Unidos ante una audiencia de activistas y personal de las oficinas de los legisladores.
“El Gobierno de EU tiene mucho poder para presionar al Gobierno hondureño”, por lo que debería liderar a la comunidad internacional en la defensa de los derechos humanos en Honduras, según la hija de la activista.
La hija de la fallecida quiere la constitución “urgente” de una “comisión independiente internacional” que investigue el asesinato de la líder indígena, similar a la que creó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en México en 2014.
La familia de la líder asesinada insiste en el “corte de la financiación al aparato militar y de seguridad” de Honduras, algo que apoya el congresista Johnson, que pidió la toma de tales medidas al secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y al del Tesoro, Jacob Lew.
El Ejército de Honduras “viola los derechos humanos, los de las mujeres y viola a las propias mujeres (…). Yo soy mujer y vivo en Honduras y me atacan en la calle con acoso callejero los mismos policías”, explicó Laura Cáceres.
Los fondos que Honduras recibe de países extranjeros “se absorben en corrupción, en represión y en la venta del país (de sus recursos) sin escuchar a la población”, denunció la hija de la líder.
“Es una falta de respeto -añadió- que el pueblo estadounidense participe de eso”.
En cambio, la hija de la activista consideró que Estados Unidos debe asumir un nuevo papel de acompañamiento a los movimientos sociales hondureños, al tiempo que pidió que sea el eco de las voces que han sido calladas en el país centroamericano.
Laura Cáceres, de 23 años, asegura estar “comprometida a continuar con el legado” de su madre.
“Berta Cáceres -aseguró- no está muerta, está multiplicada (…). La vida de mi mami fue una vida extraordinaria que nos dejó muchas enseñanzas y mucha fuerza”.
“Estamos cansadas de llorar muertes, de vivir con miedo” y, pese al “estado de terror” en el que vive, en Honduras “no se ha paralizado” al activismo, reivindicó.
La hija de la líder exigió también la “cancelación de forma definitiva” del proyecto de la represa hidroeléctrica Agua Zarca de la compañía Desarrollos Energéticos SA (DESA), motivo de las protestas de Berta Cáceres.
“Es una fuente de riesgo que no se debería permitir” por las “amenazas” que recibió la activista asesinada -más de 33 amenazas, según la familia- y que a día de hoy aún reciben en Copinh y la comunidad.
En su comparecencia de hoy en el Congreso, Laura Cáceres estuvo respaldada por el también miembro de la organización indígena Copinh Gaspar Sánchez, quien denunció la “criminalización” que sufren los activistas, acusados de “oponerse al desarrollo del país”.
En este sentido, Sánchez defendió que su concepto de “desarrollo no pasa por la privatización de los ríos” y recordó que, junto con Berta Cáceres, estaban desarrollando un “proyecto en energías alternativas”.