NACIONES UNIDAS. Los casos de abuso sexual de parte de cascos azules de la ONU aumentan en la República Centroafricana (RCA), pese a los compromisos de cero tolerancia contra este flagelo promovidos por las máximas autoridades de las Naciones Unidas.

 

De acuerdo con la campaña Código Azul del organismo civil AID-Free World (mundo libre de Sida), una serie de nuevos abusos fueron documentados en los días recientes, muchos de los cuales involucran menores de edad, en incidentes que van de 2014 hasta el mes pasado.

 

La campaña destacó que el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) entrevistó hace dos semanas a 98 niñas de la RCA que habían sido sexualmente atacadas por cascos azules.

 

Asimismo, funcionarios de la ONU se reunieron el pasado 26 de marzo con líderes locales que denunciaron que tropas de Francia y Gabón abusaron sexualmente de niñas en esa provincia, muchas de las cuales debieron dejar su comunidad por temor al estigma.

 

En ese misma visita, tres niñas aseguraron que tropas franceses, conocidas como Sangaris, desplegadas en 2014 en la RCA, las obligaron a ellas y a una cuarta menor de edad a tener sexo con un perro.

 

Cada una de las niñas forzadas al bestialismo fue compensada con el equivalente a nueve dólares. Una de las niñas murió más tarde de una enfermedad no especificada, en tanto que las tres sobrevivientes fueron llamadas en la comunidad “perras de los Sangari”.

 

De acuerdo con el último informe de la ONU sobre abuso sexual de parte de sus empleados o los efectivos que operan bajo su insignia, estos casos aumentaron en el mundo en 2015, para sumar 69 investigaciones, lo que podría implicar más de un centenar de víctimas.

 

Asimismo, el organismo reveló que tan sólo en los primeros dos meses del año se habían registrado 25 casos de abuso sexual en que podrían estar involucradas como mínimo 31 mujeres y menores de edad y 47 supuestos agresores.

 

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó sobre los recientes casos que el enfoque debe ponerse en las víctimas y sus familias, que han sido profundamente traumatizadas, además de que el organismo a su cargo debe investigar seriamente las acusaciones.

 

“Debemos enfrentar que un número de tropas que fueron enviadas para proteger personas actuaron en cambio con corazones de oscuridad”, expresó Ban, en una aparente referencia a la novela de Joseph Conrad sobre la masacre que resultó la conquista del Congo de parte de fuerzas belgas.

 

Por su parte, Leila Zerrougui, representante especial de la ONU para el tema de niños y conflictos armados, aseveró que además de que los niños en ese país africano han sido profundamente afectados por la violencia también deben lidiar con el trauma de los abusos sexuales.

 

“Las niñas y niños fueron supuestamente sujetos de actos depravados de violencia sexual cometidos por tropas presentes en ese país para protegerlos”, lamentó Zerrougui.

 

Aseguró que no puede haber impunidad para tales actos, y que la ONU tiene la responsabilidad de actuar de manera expedita para garantizar que los países a los que pertenecen las tropas procesen a los responsables de manera expedita.