No es la primera vez que Ricitos de Oro dice sandeces sobre el tema de la corrupción. Pero el lunes pasado, durante su participación en el foro “La Información en el Combate a la Corrupción ¿Cómo nos arreglamos?”, el funcionario se excedió al reconocer que la corrupción es un asunto cultural, “ya que forma parte de los seres humanos que siempre buscamos rentabilidad comercial y respondemos a otros incentivos”.

 

La respuesta de los perplejos fue: El minino –porque Ricitos no llega a león– cree que todos son de su condición. Nada más para documentar el delicado asunto de la corrupción, hace un año el multicitado reveló que había hecho la declaración de conflicto de intereses totalmente pública. Y explicó: “Tengo familiares que están trabajando en el sector público; mi esposa está en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas; mi papá tiene un despacho que brinda asesoría laboral al Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. Mi hermano Víctor Andrade está como titular jurídico de la Auditoría Superior de la Federación, y mi hermano Enrique Andrade es consejero electoral del Instituto Nacional Electoral”. ¡Cínico, sinvergüenza!, exclamaron sus detractores.

 

Por qué se asombran, acotan los observadores. Si en el balance de resultados –todos negativos– de la Secretaría de la Función Pública, tenemos que en tres décadas de vida institucional fue y sigue siendo escudo protector de funcionarios corruptos y en algunos casos Santa Inquisición laica para quemar a funcionarios estorbosos. Y en la administración del actual titular no iba a cambiar nada, ¿verdad?

 

De ahí pues que Ricitos de Oro haya declarado, sin inmutarse, que “la corrupción es un asunto cultural”, aunque después la quiso componer explicando que este enfoque no forma parte del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), que actualmente se discute en el Senado, porque lo deben reforzar los mecanismos para combatir este flagelo.

 

¡No se puede, no se puede con estos corruptos mentales!, podría responder el respetable público.

 

En el mismo evento, la comisionada presidenta del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos (INAI), Ximena Puente, afirmó que es momento de que “los mexicanos pasemos de un estado de apatía a la acción contra la corrupción en todas sus modalidades”. Ingenua, pues.

 

Sobre el mismo tema de la “corrupción cultural”, el dirigente del PRI, Manlio Fabio Beltrones, se dijo confiado en que antes del 30 de abril, fecha en que concluye el periodo ordinario de sesiones en el Congreso, se apruebe la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, y se avance en las leyes reglamentarias del Sistema Nacional Anticorrupción. El presidente del CEN del PRI respaldó la decisión de incorporar a la sociedad civil en el debate parlamentario de la Ley General de Responsabilidades Administrativas.

 

¡Ah, bueno!

 

Agenda Previa

 

Desde Cancún llegan noticias de que quien anda necesitado de cash es el cantante, perdón, el candidato de la alianza PAN-PRD, Carlos Joaquín, por lo que se ha visto en la ¿penosa? necesidad de “pasar la charola” a los hoteleros de Quintana Roo. Los malosos afirman que la colecta para la causa del susodicho la encabezó el ex presidente Felipe Calderón, en una reunión de “alto nivel”. Obviamente, los empresarios están ligeramente enca…nijados.

 

Y siguiendo con “la grilla”, el secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, insiste en “hacerle el caldo gordo” a Andrés Manuel López Obrador, quien anda ilusionando a los de la CNTE con el asunto de “meter reversa” a la reforma educativa. Hace una semana, Nuño exigió al tabasqueño aclarar su acuerdo con dicha organización, pero López “ni lo ve ni lo oye”. Sin embargo, un día sí el otro también, Aurelio reta a aquél a que explique por qué quiere regresar al sistema donde se vendían y heredaban plazas. ¡Cuida a tu jefe, Otto, cuídalo!

 

Tiene razón Manlio Fabio Beltrones cuando rechaza que la gubernatura de Tamaulipas –que se disputará el próximo 5 de junio– esté negociada con Acción Nacional. Lo que se negoció, aunque no con el PAN sino con Luis Videgaray, fue la candidatura de Baltazar Hinojosa, pues muchos analistas políticos bisoños daban por bueno a Marco Bernal.

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