Moody´s consideró que si bien la transferencia de 73.5 mil millones de pesos a Pemex  por parte del gobierno federal reduce sus necesidades de endeudamiento, el riesgo crediticio de la petrolera se mantiene.

 

La calificadora que finales de marzo degradó a Baa3 la nota de Pemex -la última con grado de inversión, pues la siguiente se ubica ya en grado especulativo- consideró que los indicadores de riesgo de la compañía empeorarán conforme se mantengan los bajos precios del petróleo, su producción continúe en declive y los impuestos que paga se mantengan elevados.

 

No obstante, reconoció que la inyección de efectivo permitirá a la compañía bajar sus necesidades de deuda a 13 mil millones de dólares para 2016, desde los 17 mil millones de dólares calculados antes del apoyo federal. Los recursos derivados de esta reducción se destinarían para cubrir los gastos de inversión, los intereses de la deuda y para refinanciar el endeudamiento que se vence este año, señaló en un comunicado.

 

Por su parte, Lucas Aristizabal, director senior de Fitch Ratings, consideró que el apoyo a la petrolera es un paso en la dirección correcta, pues refleja la disposición para apoyar a la empresa cuando sea necesario y es algo que la calificación de la compañía incorpora, pero no es suficiente para que el flujo de efectivo sea positivo”.

 

Consideró que el apoyo en efectivo sumado al cambio en el régimen fiscal de Pemex, que le permitirá incrementar la deducibilidad de los impuestos que paga la empresa al estado hasta 6.5 dólares por barril, desde 3.3 dólares que se establecieron en la ley y tener 50 mil millones de pesos adicionales, son “modestos”.

 

“Si siguen contratando deuda para fondear sus necesidades, en un plazo no muy largo, probablemente en un par de años, la compañía podría caer en insolvencia”, alertó el especialista.

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