Tras la Sesión Especial de la Organización para las Naciones Unidas, sobre el Problema Mundial de las Drogas 2016 (UNGASS), el gobernador de Morelos, Graco Ramírez, pidió dejarse de hipocresías y de doble moral, en el tema de la mariguana, ya que la aprobación para uso médico, aunque es un avance, resulta insuficiente.
Afirmó que la eventual legalización de la cannabis para uso medicinal y científico, es un paso importante, no obstante, es insuficiente pues no se acaba con un mercado que está en manos de la delincuencia organizada.
“No atreverse a legalizar la mariguana nos pondrá en el peor de los escenarios ya que se seguirá persiguiendo a los productores, mientras el trasiego y la comercialización seguirán estando en manos de la delincuencia y para uso medicinal se tendrá que importar desde Canadá y Estados Unidos”, explicó.
El gobernador de Morelos consideró necesario cambiar el paradigma del combate al narcotráfico para poner fin a la espiral de violencia y dejar de criminalizar a nuestros jóvenes, “si se legalizara la mariguana se daría pie para invertir en salud y educación”.
Ramírez Garrido opinó que aumentar el gramaje de la dosis permitida que ya contempla la Ley General de Salud y legalizar el uso de sustancias controladas con fines médicos y científicos, es un buen paso, pero sigue siendo insuficiente.
“Los resultados de este foro -UNGASS 2016-van a cambiar el paradigma de la lucha contra el narcotráfico, que solo ha traído altos costos y pérdida de vidas humanas. Demos el paso, hagamos a un lado la doble moral y hagamos posible la legalización de un mercado que existe en manos de delincuentes. Protejamos a nuestros jóvenes para que no la consigan de la peor manera. Pongamos fin a la violencia, basta de hipocresías, basta de doble moral”, agregó.
El gobernador morelense coincidió con el presidente Enrique Peña Nieto, quien durante su discurso en el UNGASS 2016, pidió transitar de la mera prohibición, a una efectiva prevención y una eficaz regulación.
México “forma parte de las naciones que han pagado un alto precio, un precio excesivo, en términos de tranquilidad, sufrimiento y vidas humanas, vidas de niños, jóvenes, mujeres y adultos por lo que como pocos, conocemos las limitaciones y las dolorosas implicaciones del paradigma eminentemente prohibicionista” afirmó.