Una de las preguntas que normalmente tiene el lector es qué tanto influye una elección presidencial en el desempeño de los mercados accionarios (año de elecciones) en Estados Unidos.
En un país como Estados Unidos un desempeño de la economía tal que permita mantener tranquila y contenta a la población normalmente tiene una mayor dependencia en el comportamiento de los mercados accionarios. También influyen, desde luego, el movimiento en tasas de interés que genera cambios en variables como la inflación, la confianza del inversor y del consumidor y el empleo, entre otras. Si la economía va bien, las elecciones transitan sin ningún efecto directo en los mercados accionarios.
La economía de EU muestra una expectativa de crecimiento moderado entre 2.0 y 2.2% en 2016, con un primer semestre con cierta desaceleración, principalmente por una contracción en la producción industrial, un desarrollo modesto en las ventas minoristas y una estancada confianza del consumidor, a pesar de datos positivos en el empleo con una generación promedio arriba de 220 mil plazas. La inflación está por debajo del objetivo de la Fed sin causar riesgos en su normalización de tasas.
Las bolsas que iniciaron con rápidas bajas en las primeras semanas del año revirtieron el movimiento y están cerca de sus máximos históricos, aunque ayer cedieron terreno. Recordemos que al menos 700 de cada mil habitantes mayores de edad en EU tienen parte de sus ahorros en renta variable.
Donald Trump, por el Partido Republicano, y Hillary Clinton, por el Demócrata, obtuvieron una clara victoria en las votaciones del martes en Nueva York y se perfilan hacia la nominación de sus respectivos partidos para las elecciones del 8 de noviembre.
En el caso de Trump, destaca una nueva actitud y un discurso mucho más contenido que lo lleva a alcanzar la segunda mayoría absoluta que gana en un estado en el año. Esto le permitirá afrontar con confianza las primarias de las próximas semanas en los estados del Noreste y costa atlántica. Ted Cruz parece derrotado en la recta final de la nominación republicana.
Hillary Clinton tiene un oponente complicado en la figura de Bernie Sanders. Sin embargo, la diferencia parece insuperable. El discurso de los demócratas ha tomado un tono agrio en las últimas semanas con fuertes intercambios entre los dos candidatos.
En las últimas siete votaciones presidenciales, en el año de elección, se han tenido cinco rendimientos positivos por sólo dos negativos. Con crecimientos en la economía de 2.0% anual, el rendimiento positivo oscila hasta un 4.5% de alza. Creemos que los finalistas tendrán por sus condiciones una “influencia natural” en el sentimiento del inversionista. Trump le podría dar una mayor volatilidad a los mercados, y todo apunta a que el desempeño de un demócrata sea Clinton o Sanders les proporcionaría mayor tranquilidad hacia una continuidad de la política económica, cuidando el déficit fiscal y buscando “mantener o reducir” gradualmente el nivel de endeudamiento.
Así, mientras la economía crece, el que haya elecciones tiene un efecto más acotado. Lo que no hay que perder de vista es que las bolsas han reaccionado muy rápido en pocas semanas y requieren de un buen descanso. La Fed seguirá con tasas de interés bajas.
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