Indignadas por la creciente ola de asesinatos y casos de violencia y acoso sexual que han ocurrido en el país, mujeres de más de 40 ciudades salieron a marchar en la que se ha dado a conocer como la #PrimaveraVioleta, la primera movilización masiva de mujeres en México desde 2011.

 

La manifestación comenzó a tomar fuerza desde el sábado pasado mediante la publicación en redes sociales de historias de acoso sexual de mujeres mexicanas que -comentan- comenzaron a sentirse amenazadas desde que eran niñas y pubertas. El hashtag fue #MiPrimerAcoso y la tarde del domingo se repitió en mantas, historias y consignas.

 

“Tenía 11 años e iba para mi clase de natación, todavía llevaba el uniforme de la escuela, cuando un hombre se me atravesó en el camino y me mostró su (….) Me quedé en shock, no supe cómo reaccionar”, platicó Matilde, de 26 años, quien este domingo participó en la marcha en la Ciudad de México.

 

La movilización de mujeres de la CDMX-Estado de México empezó desde la Presidencia Municipal de Ecatepec, ciudad que la semana pasada fue considerada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como una de las más peligrosas del país para las mujeres.

 

De ahí, en convoys (algunas viajaron en bicicleta, otras en autobús y en carro) llegaron al metro Indios Verdes.

 

El enojo era evidente y las consignas ingeniosas:  “Somos malas, podemos ser peores”, “No es mi falda, es tu machismo” y una que -con expresiones un tanto groseras- recetaba un licuado de pene en caso de violación.

 

Casi 110 años después de que el color violeta se convirtiera en la inspiración del movimiento feminista -tras la muerte de cientos de obreras en una fábrica textil estadunidense en 1908- el domingo todo se veía de ese color en el Metro: las banderas ondeando en los andenes, caras pintadas que sonreían y gritaban consignas, pancartas, blusas, vestidos y diademas para el pelo.

 

Ahí una ola violeta y también del color del arcoíris (porque la #PrimaveraVioleta igual buscaba reivindicar a las mujeres lesbianas, bisexuales, transexuales y transgénero que diariamente sufren diferentes formas de violencia) se reunió y ocupó toda la explanada de la Plaza de la República.

 

El camino fue de canto y baile, de batucada. Los silbatos que regularmente sirven a las mujeres para alertar cuando están en peligro, ayer acompañaron consignas y gritos para pedir que cese el acoso sexual callejero, la violencia en casa, los asesinatos de mujeres.

 

“Ya no se puede vivir así. Tengo miedo de que mis hijas no vayan a regresar a la casa, cuando se van a la escuela. Por eso vengo, la situación es insostenible”, platicó Berenice Estrada, ama de casa de 39 años del municipio de Nicolás Romero, en el Estado de México.

 

En el Paseo de la Reforma se percibía un ambiente de enojo, pero también de fiesta. Hubo molestia de parte de algunos varones que querían tomar un rol más activo en la marcha (inclusive de fotógrafos que buscaban hacer tomas desde dentro del contingente) y fueron expulsados de la columna. Aunque se reconoció la solidaridad, el acuerdo era que por esta ocasión el protagonismo les pertenecía exclusivamente a las mujeres.

 

El domingo el Ángel de la Independencia recuperó su referencia femenina, aquella  que se nos olvida al nombrarlo a pesar de que la imagen más representativa de esta Ciudad de México tiene senos y una marcada silueta de mujer.

 

Ahí llegaron -de acuerdo al reporte de la Secretaría de Seguridad Pública local- seis mil mujeres a exigir un mejor país para ellas y para sus hijas. Sólo que ayer nadie le dijo “El Ángel” a ese monumento, que es femenino como la palabra “independencia”. Ayer cuando más quemó el Sol en la #PrimaveraVioleta, el ángel recordó su nombre real: Victoria, Victoria alada.