Tras comprobarse su responsabilidad en los delitos de tortura, homicidio y violación de leyes de inhumación, en la modalidad de destrucción de cadáver, el Juzgado Décimo de Distrito sentenció a 52 años y seis meses de prisión, así como 15 años de inhabilitación para el desempeño de cualquier cargo, a un general del Ejército que fungía como comandante de una guarnición militar en una ciudad de Chihuahua.
A través de un comunicado, el Consejo de la Judicatura Federal condenó al militar y a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) al pago de la reparación del daño por un monto de 250 mil 470 pesos a favor de quien acredite los derechos sucesorios de la víctima.
De acuerdo con las autoridades, la víctima fue detenida viva el durante las primeras horas del 25 de julio de 2008 por elementos en activo de la Tercera Compañía de Infantería no encuadrada en una ciudad de Chihuahua; posteriormente fue trasladado a otro lugar donde lo ataron y mojaron para aplicarle descargas de energía eléctrica en el cuerpo, con el propósito de obtener información respecto de la muerte de un militar.
El suceso se dio en presencia de diversos elementos castrenses, que interrogaban a otros individuos por orden que se desempeñaba como comandante de una guarnición militar en una ciudad de Chihuahua, mientras que otros militares daban seguridad a la víctima y sus codetenidos, prolongando los actos de tortura aproximadamente a las 9 de la mañana de esa fecha.
La víctima falleció, a pesar de los primeros auxilios que le fueron proporcionados, a consecuencia muy probablemente de fibrilación ventricular y paro cardiorrespiratorio secundarios a descargas eléctricas.
Posteriormente, por órdenes directas del sentenciado, el cuerpo de la víctima fue transportado a un rancho para ser incinerado de manera clandestina, sin informar a la autoridad ministerial correspondiente. JAD