Cuando se informó que el trolebús sería gratis durante los tres meses que duraría el nuevo Hoy No Circula, debido a la crisis ambiental en la CDMX, decidí utilizarlo, cuando menos, una vez a la semana.
Y, la verdad, es una gran opción, pero.... siempre hay un pero.
El problema es que las condiciones de los vehículos son francamente lamentables, a pesar de ser un medio de transporte con un gran potencial, sobre todo ahora que el transporte eléctrico se observa como una opción contra la contaminación.
Una imagen los retrata: de los 18 vehículos a los que me he subido a distintas horas, en el Eje Central, al 100% les faltan los hules de las puertas traseras. Y entre un espacio y otro hay una apertura de unos 20 centímetros por donde entra aire y lluvia. Platicando con los pasajeros, comentan que el invierno pasado el viento frío que se colaba por ahí, era realmente incómodo.
Tal vez parece un asunto menor, pero si sumamos cuántos metros de hule se debieron comprar para arreglar ese problema, ya se junta “una lanita” que, quien sabe en dónde quedó. Habría que preguntarle al director del Servicio de Transportes Eléctricos, Eduardo Venadero, por qué faltan esos hules.
Ya decir que los vehículos se descomponen a cada rato está de más. La gente los ve parados, de forma cotidiana.
El recorrido
Quienes han viajado de la Central de Autobuses del Norte a la del Sur en el trolebús, se darán cuenta de las ventajas de que el trolebús circule las 24 horas del día. Desde turistas hasta trabajadores nocturnos aprovechan esta modalidad.
Ahora que es gratis uno se pregunta: Si cobrando, los vehículos están para llorar, ahora que es gratis, de dónde sale para el mantenimiento.
Es un asunto acertado dar boleto a cada pasajero para tener un control de cuántos viajaron, pero al no tener otro indicador, no hay con qué cotejar el número de talones que entregan los trabajadores. Hay que confiar en su palabra. Que no está mal confiar en la gente, pero en cuestiones de administración eso no siempre funciona.
Los trolebuses son una opción, pero tienen poco apoyo, incluso, por parte de las autoridades y de los capitalinos. En el recorrido de central de autobuses a central, uno se puede encontrar decenas de autos estacionados en el carril confinado, frente a restaurantes o escuelas. Y no hay quien arrastre los autos que están estorbando.
Hay otro problema. El ciclista poco consciente toma el carril como si fuera para bicicleta y ha provocado que el trolebús frene de forma busca. Vi a un par de ancianos y mujeres caer, precisamente por estos frenados.
En resumen. El trolebús es una gran opción, pero requiere apoyo, tanto de las autoridades como de los capitalinos. Su actual dirección se observa gris. La anterior administración echo a andar un área para construir piezas de refacción, con ésta, al contrario, hasta los hules de la puerta han desaparecido.