Se escribe esto cuatro horas antes del juego ante Jamaica. Vale la aclaración ya que en este medio los juicios son tan polarizados como los propios resultados del futbol; es decir, depende de la victoria el tamaño del elogio o de la derrota la brusquedad de la crítica.

 

Y sí, en efecto hace algunas semanas establecía que los resultados están por encima de casi todo, y digo casi porque hay entrenadores que han sido relevados incluso ganando títulos.

 

Una de las máximas de los entrenadores es la repetición: algunos le llaman memoria táctica, da igual, el caso es que hablamos de consistencia, de mantener parámetros de conducta colectivamente estables. Sonó rebuscado, la verdad es más fácil decir que el equipo sepa a qué juega y domine el sistema, y para ello es requisito indispensable lo que mencionábamos anteriormente.

 

Casi todos los entrenadores de selecciones nacionales tratan de encontrar un cuadro base y repetirlo la mayor cantidad de veces posible ya que son tan pocos los días de trabajo que mientras más rápido encuentren la fórmula, mejor.

 

Esto de las rotaciones en el equipo mexicano tiene a mucha gente inquieta, y francamente podríamos sumarnos a dicho grupo, sin embargo hasta hoy todo sigue caminando por el sendero correcto debido a los resultados, y como casi nunca las victorias se acompañan de serios cuestionamientos en la opinión general, no hay mucho para donde hacerse.

 

Sin embargo hay otras cuestiones que entran en juego con el manejo de las muy diversas personalidades que habitan en un vestidor, o sea el ego, para ser más claros, y aunque lo natural en los deportes de conjunto es precisamente el conjunto y no las individualidades, sabemos que no siempre reina el concepto.

 

Así se la está jugando Osorio porque es el sistema del que está convencido y cree será el que lleve a México al lugar a donde nunca ha llegado; es la suya, pues, y no sé si se va a morir con esa, pero al menos intentará sacarle el mayor jugo posible, y mientras todos jalen parejo se reducen los espacios para los cuestionamientos. El tema será la paciencia en los momentos críticos, que de esos todas selecciones tienen y ya no digamos la nuestra.

 

México es de los equipos que suelen subir y bajar su nivel dependiendo el adversario, es como si se mimetizara o contagiara, lo ha hecho históricamente, pero uno entendería que ante Jamaica debería salir airoso y con una cuota aceptable de ideas colectivas, el estado actual de ambos equipos y el envión anímico con el que llega el Tri nos obliga a pensar así.

 

Veremos…

 

Y hablando de consistencia me gusta mucho el espíritu de Tigres, que pese a haberse quedado corto en resultados tomando en cuenta el plantel que posee, repite la fórmula al darle a su entrenador los elementos para la búsqueda de los objetivos. Claro, igualmente es el tamaño de la exigencia y ya no hablemos de las formas, porque teniendo lo que tiene Ferretti, o más, su idea no cambiará nunca, de tal forma que nos gusten o no, los fondos están ahí, porque indudable es que Tigres ha sido un equipo que ha logrado mantenerse en lugares de privilegio, y no todo es la nómina.