Nombrada capital de la cultura europea en el 2013 es hoy el epicentro de la gran mancha de la Eurocopa. Todo en el viejo puerto de la ciudad, tan viejo como este cáncer futbolero.
Absoluta casualidad pero al igual que en el Mundial de 1998 los ingleses han manchado de rojo a la inigualable Marsella. Hace 18 años la batalla fue ante los tunecinos que habían visto caer a su selección 0-2. En aquel entonces todo comenzó con provocaciones raciales: “estamos orgullosos de ser blancos”, cantaban los hooligans, lo que desató todo.
Pero da igual, desafortunadamente da igual porque importa poco si se trata de un ataque verbal por el color de la piel, las creencias religiosas o simplemente por el disgusto de ver una camiseta nacional que no sea la suya. La violencia no tiene justificante y para los hooligans nunca es demasiado, nunca es suficiente; la intención es siempre la misma: pelear como animales, como lo que son. Y sí, para pelear se necesitan dos, pero cuando uno de estos está en casi todos las escenas, cabe generalizar y señalar puntualmente.
Establecer que esto genera el futbol resulta falso e injusto; nada tiene que ver una cosa con la otra aunque quienes participan en este deporte tienen responsabilidades permanentes, entre ellas está el mandar mensajes claros que la violencia y el deporte no encuentran punto de conexión en ninguna ruta, y para ello se debe ser ejemplo, y valga esto para una vez mandar el mensaje al “Monje que le chocaron su Ferrari”, Ricardo Ferretti, quien a mentadas de madre, insultos y provocaciones reclamó a una persona que impacto su lujoso auto causándole algún daño.
Y claro que no nos sorprende ya que uno no concibe al Tuca sin esta clase de escenas, pero volvemos al tema: responsabilidades permanentes, aunque constantemente las ignore. Como ignorados resultan los Juegos Olímpicos para muchos equipos europeos al no ceder a sus jugadores para dicho evento, cosa que hoy tiene pensando al entrenador nacional, Raúl Gutiérrez, quien sigue sin poder armar un equipo para defender la medalla de oro obtenida hace cuatro años.
Sus refuerzos van cayendo como fichas de dominó y su estrategia tiene tantas variantes como un juego de ajedrez.
Sería lamentable tener que armar un equipo con lo que queda y no con lo que se tiene en mente, porque al final así será, sin que necesariamente sea igual a llevar a un equipo sin aspiraciones, ya que habría que recordar que hace cuatro años Luis Fernando tena también recibió algunas negativas para participar en Londres.
Y no hablo dependiendo de cómo nos esté yendo en la feria, lo establecí hace tiempo: repetir medalla resulta muy complicado; llegar con la historia a nuestro favor no ayuda en nada, no otorga ventaja alguna ni mucho menos. Son generaciones distintas y momentos muy diferentes.
Tomar una medalla como sistema de medición resulta aventurado, por decir lo menos. Esto cambia día con día, y si no, pregúntenle a Luis Fernando Tena quien después de su preparación en Europa y su presentación en Newcastle, todos lo hacían de regreso terminando la primera fase; lo sé porque lo viví, porque ahí estuve desde el día 1 cuando inició todo.