Del diseño en maqueta salta a la realidad “la vivienda mínima“, la representación icónica del concepto de casa, el sinónimo de refugio u “hogar” reducido al máximo en un ambicioso proyecto ganador de varios premios como el A+ Architizer (2014) y finalista de la 4ª Bienal de Diseño y Arquitectura de Madrid (2014).

 

Una idea que, como pudo comprobar Efe en una entrevista, se hace material para solventar las necesidades de espacio, sostenibilidad y confort de muchos, se mimetiza en diferentes parajes naturales y se reduce al máximo el impacto medioambiental.

 

El proyecto nace de la inquietud de Camino Alonso, socia fundadora, directora del estudio y arquitecta en ÁBATON, quien llevaba tiempo queriendo explorar “más allá” y descubrir cual era el espacio mínimo necesario para que una persona pudiera desarrollar su vida sin problemas.

 

La vivienda mínima, de la maqueta a la realidad

 

Al principio, el plan se desarrolló con un contenedor de barco pero, según sus características -totalmente rectangular-, “daba la sensación de estar en una caja de zapatos”, explica la directora de nuevos proyectos del estudio de arquitectos, ABATON, Blanca Alonso.

 

Tras un exhaustivo estudio del equipo de arquitectos de esta compañía, se decidió modificar la parte superior de la vivienda empleando un tejado a dos aguas, lo que proporcionaba “una perspectiva de amplitud y comodidad”.

 

Así, el boceto fue tomando forma real hasta convertirse en una serie de viviendas transportables y energéticas de las que ya hay seis modelos diferentes totalmente personalizables, exterior e interiormente, regidas por los principios de bienestar, equilibrio medioambiental y sencillez.

 

Hoteles nacionales e internacionales ya están demandando estas “viviendas mínimas” para sus instalaciones a modo de “bungalows”, al igual que particulares interesados en ampliar o crear su propia “vivienda de campo”, explica Alonso.

 

El precio de la casa oscila entre los 21.900€ que cuesta el monobloque más pequeño, ÁPH40, compuesto de un dormitorio y baño, hasta los 42.800€ del más grande, ÁPH80-A formado por dormitorio, salón y cocina. Además, como explica Alonso, “el cliente puede elegir un único apartamento o combinar varios entre sí”.

 

interior-vivienda-minima

 

Así es la vivienda mínima y transportable ÁPH80-A

 

Su construcción es de madera -proveniente de explotaciones reguladas que evitan la deforestación-, incorpora materiales reciclables y posee grandes ventanales que proyectan el exterior en el interior, lo que aporta una mayor sensación de amplitud y facilita la simbiosis con el entorno.

 

Su interior, también personalizable y con asesoramiento de Batavia, tienda de muebles de diseño, consta de tres espacios diferenciados, cuarto de estar-cocina, baño completo y dormitorio. La superficie total de este “refugio” es de 29 m2, con techo a dos aguas de 3’5 metros en su punto más alto, que proporciona una sensación de espacio.

 

La “vivienda mínima” está pensada para ser sostenible, su eficiencia energética se basa en la construcción con madera maciza que permite un aislamiento integral o en paneles solares que permiten un abastecimiento energético sin dañar el entorno.