LONDRES. La carrera por el liderazgo conservador británico dio un giro inesperado cuando el ex alcalde de Londres Boris Johnson renunció a sustituir a David Cameron, dejando a la ministra de Interior, Theresa May, como favorita para el cargo de primera ministra.

 

En medio de una gran expectación, Johnson sorprendió al mundo político al comunicar que, después de consultar con sus colegas del Parlamento, había llegado “a la conclusión” de que él no era la persona adecuada para asumir las riendas del poder.

 

El anuncio se conoció poco después de que su compañero de campaña a favor del Brexit , el titular de Justicia, Michael Gove, anunciase, también por sorpresa, que entraba en la lucha por el liderazgo “tory”.

 

La victoria del Brexit y el anuncio el viernes de dimisión del primer ministro británico, David Cameron, habían situado al antiguo alcalde al frente de la pugna por el liderazgo conservador.

 

Con mucha experiencia y dureza en sus discursos, que recuerda un poco a la fortaleza de Margaret Thatcher, May se presentó ayer como la política mejor situada para unificar al partido y al país.

 

“Tras el referéndum de la semana pasada, nuestro país necesita un liderazgo fuerte que nos conduzca en este periodo de incertidumbre económica y política y que negocie los mejores términos posibles cuando nos marchemos de la UE“, afirmó May.

 

El citado comité ha fijado la fecha del 9 de septiembre para determinar quién será el nuevo líder del Partido Conservador y primer ministro del gobierno británico.