De 2007 a la fecha, las necesidades de que tanto gobiernos como bancos centrales estén estimulando a las economías más desarrolladas han sido muchas. Lo triste y preocupante es que las necesidades siguen creciendo y el endeudamiento de bancos y gobiernos presenta un aumento significativo.

 

Ya conocimos que el Banco de Inglaterra decidió sorpresivamente conservar su tasa de referencia en 0.50% y mantuvo su programa actual de compra de activos, aunque hace unos días decidió reducir los requerimientos de reservas a los bancos para que aumenten su capacidad de préstamos y reducirá el nivel del índice de capitalización de los bancos hacia el cierre del primer trimestre de 2018.

 

Ahora, esperamos que el Gobierno de Japón y posiblemente su banco central empiecen a anunciar nuevas acciones que permitan reactivar a una economía que crece por debajo del promedio de países desarrollados. Asimismo, el nivel de deuda como porcentaje del PIB asciende a 229% del PIB al cierre de 2015. Su déficit fiscal es de -6% del PIB (un país está tranquilo cuando sea inferior a 3%). El gasto público como porcentaje del PIB se ubica en 42%.

 

Por ello, el rating soberano ha sido reducido a la baja ubicándose en “A” que significa “fuerte” capacidad de pago. Sin embargo, inquieta a las calificadoras que a pesar de todos los recursos direccionados por el Banco de Japón y el gobierno hacia la economía, no han dado los resultados esperados y se eleva el riesgo de un mayor deterioro económico.

 

La producción industrial registra un crecimiento anual de -0.4% y las ventas minoristas en -1.9% con una capacidad utilizada de 96%. La inflación registra una deflación de -0.4%.

 

Recientemente se llevaron a cabo elecciones en la Cámara alta (senadores), en la que el electorado dio un triunfo contundente a la coalición en la que el partido oficialista forma parte. Mejora su posición y permitirán al gobierno tomar nuevas medidas de estímulo económico, y quizá sea acompañado de un mayor ajuste en la tasa de interés, hoy en -0.1%.

 

La confianza económica, la confianza del inversionista y la confianza al consumidor muestran ajustes y, por lo mismo, esperan que en breve se anuncien medidas de impulso a pesar de una tasa de desempleo muy estable en 3.2%.

 

La apreciación del yen en el año asciende a 12% y limita la actividad comercial internacional, especialmente para exportar, por lo que ha perdido mercado en algunos sectores. La Bolsa de Valores, en contraparte, ha perdido casi 14% en el acumulado del año y el bono a 10 años se ubica en una tasa negativa en -0.2%, es decir, ahora resulta que si queremos adquirir un bono japonés a 10 años, nos harán el favor de guardar nuestro dinero, pero al final de la inversión deberemos pagar 0.2% anual.

 

Así, los estímulos monetarios continúan a nivel internacional, pero vemos muy difícil que los activos en riesgo, como las bolsas de valores, sigan con tendencia de alza. Creemos que alguno de los mercados deberá de corregir.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *