KIEV. Una bomba colocada en los bajos de su vehículo segó hoy la vida del conocido periodista Pável Sheremet en el centro de Kiev, un asesinato que ha causado conmoción no sólo en Ucrania, sino también en Rusia y Bielorrusia, países en que los que desarrolló su carrera profesional.
La explosión que mató a Sheremet se produjo sobre las 07:45 hora local (04:45 GMT) en la intersección de las calles Bogdán Jmelnitski e Iván Frankó, poco después de que el informador saliera de su domicilio.
Watch the video closely: was the suspicious man watching out for the car & triggering the explosion? @ukrpravda_news pic.twitter.com/b41x0acA1g
— Silver Surfer (@RobPulseNews) 20 de julio de 2016
Habían transcurrido apenas unos minutos desde que el periodista, de 44 años, subió al coche para dirigirse a las oficinas de la emisora Radio Vesti, uno de los medios para los que trabajaba.
Clearer CCTV: the moment journalist @pavelsheremet was killed when his car exploded in #Kiev@ukrpravda_news @MVS_UA pic.twitter.com/Ome060YXl0
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Fuentes policiales informaron de que el artefacto explosivo, de una potencia equivalente a 400-600 gramos de trilita, fue detonado con un mando a distancia.
VIDEO: Moments after the car bomb that killed well-known journalist Pavel Sheremet in #Kiev.
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“Ha ocurrido una tragedia terrible en Kiev. Conmoción, no hay otra palabra. Conocía a Pável personalmente. Mis condolencias a su familia y amigos”, escribió en Facebook el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, nada más ser informado del asesinato.
El jefe del Estado ordenó a las fuerzas policiales volcar todos sus esfuerzos en el esclarecimiento de este crimen, que en su opinión, como manifestó más tarde en una reunión con responsables del Ministerio del Interior y el Servicio de Seguridad, “podría tener como único objetivo desestabilizar la situación en Ucrania”.
“Hoy los periodistas ucranianos viven en otra realidad. El asesinato de Pável Sheremet demuestra que a los periodistas la muerte les acecha no sólo en las zonas de combate, sino también junto a sus casas por ataques de terroristas y asesinos”, denunció el Sindicato Independiente de la Prensa de Ucrania.
La jefa del Policía Nacional de Ucrania, Jatia Dekanoidze, aseguró que el esclarecimiento del asesinato del periodista es “una cuestión de honor” para el cuerpo a su mando y anunció que el FBI estadounidense participará en la investigación.
“Debemos averiguar los motivos del asesinato y quién lo encargó, pero de momento no contamos con esa información”, dijo Dekanoidze en una comparecencia de prensa, en la que señaló que la línea de investigación prioritaria se refiere a la labor profesional de Sheremet.
La jefa policial anunció que se prestará protección a la propietaria del diario digital Ukrainska Pravda, Aliona Pritule, dueña del coche en el que se desplazaba el periodista asesinado, lo que desató conjeturas sobre quién era el verdadero objetivo del atentado.
Sheremet también trabajaba para ese medio, cuyo fundador, Gueorgui Gongadze, periodista de investigación, fue asesinado hace 16 años. Su cuerpo decapitado fue encontrado mucho después en un bosque en las afueras de Kiev.
“En Kiev fue dinamitado el automóvil en el que se encontraba Pável Sheremet, un profesional que no temía decir lo que pensaba de las autoridades, de distintas autoridades en distintas épocas, y por ello era respetado”, escribió en Facebook la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova.
Agregó que “Ucrania (no como país sino como sistema) se convierte en una fosa común de periodistas y del periodismo”.
Sheremet comenzó su carrera profesional a comienzos de la década de 1990 en la televisión bielorrusa y en 1996 fue nombrado jefe de la corresponsalía de la televisión pública de Rusia en Minsk, su ciudad natal.
Crítico acérrimo del presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, en 1997 fue detenido cuando preparaba un reportaje sobre la situación en la frontera bielorruso-lituana y acusado de hacer una labor periodística ilegal y de recibir dinero de servicios secretos extranjeros.
Sheremet fue condenado entonces a dos años de prisión por la Justicia bielorrusa, pero recuperó la libertad a los tres meses de reclusión gracias a las presiones de Rusia.
Se trasladó a Moscú, donde desempeñó diversos cargos en la dirección de informativos del Canal 1 de la televisión rusa, incluido el de conductor del programa semanal de análisis “Vremia”.
El entierro de Sheremet, al que le sobreviven su esposa y sus dos hijos, tendrá lugar en Minsk, declaró la madre del periodista al diario digital bielorruso “Bielorruski partisan”, del que él fue uno de los fundadores.