El Centro Histórico albergará un ciclo de cinematografía mexicana con el que el Gobierno de la CDMX, en colaboración con La Casa del Cine MX, busca sacar las películas de las salas de cine para llevarlas a la calle como una actividad de esparcimiento, recreación e intercambio cultural.

 

Cada 15 días, la Plaza Juan José Báez, también conocida como La Aguilita y que está ubicada en el viejo barrio de La Merced, acogerá un cine móvil-igloo con capacidad para 150 personas, desde donde los espectadores podrán apreciar 11 filmes del cine nacional de la época de oro y contemporáneo, en proyecciones gratuitas y al aire libre.

 

“El objetivo de este programa es llevar el cine nacional y a sus nuevos valores a espacios abiertos de la comunidad del Centro Histórico, donde vive mucha gente y donde trabaja otro tanto más, y a la que en ocasiones les es difícil ir a una sala de cine común y formal”, explicó Jesús González Schmal,  Autoridad del Centro Histórico de la CDMX, ayer durante una conferencia de prensa.

 

El motivo por el que se eligió al Centro Histórico como sede de este proyecto se debe a la escenificación de una gran parte del cine mexicano.

 

“Este lugar, que no es ni de la ciudad ni de la República, es precisamente la cuna de nuestra nacionalidad”, dijo el funcionario. “Además, ahora que la CDMX es una entidad federativa, gran parte de los mexicanos de toda la República coinciden en que el Centro Histórico es el encuentro con su propio origen, con su propio sentido de ser nacional”, agregó.

 

Algunos de los títulos que se exhibirán como parte de esta iniciativa, con la que también se busca recuperar lugares públicos, son: La ley de Dios, de Pablo de Antuñano; Los insólitos peces gato, de Claudia Saint-Luce; Güeros, de Alonso Ruizpalacios; Rosario, de Shula Erenberg; y El fantástico mundo de Juan Orol, de Sebastián del Amo. Cada proyección contará con la presencia del director y alguno de los actores a fin de iniciar el diálogo con los espectadores.

 

“Históricamente los Aztecas vinieron siguiendo un símbolo para generar una nueva identidad, y creo que podría generarse una nueva identidad a través del cine, de nuestras historias, de estos encuentros con el público”, opinó la actriz Ximena Ayala.

 

Por su parte, el cineasta Alejandro Gerber consideró que la importancia de ver cine mexicano no radica en que sea nacional, sino en que es una cinematografía que retrata a los mexicanos.

 

“El cine estadounidense habla de otras circunstancias. En la medida, en que nosotros, como público, nos podamos ver a nosotros mismos en pantalla, nos da la posibilidad de crear una sociedad y saber cómo enfrentar los problemas que vivimos”, concluyó el realizador.

 

Funciones

 

11 de agosto: Ley de Dios, de Pablo Antuñano.

 

25 de agosto: Los insólitos peces gato, de Claudia Saint-Luce.

 

1 de septiembre: Las lágrimas, de Pablo Delgado.

 

14 de septiembre: Un mundo secreto.

 

28 de septiembre: El lugar más pequeño, de Tatiana Huezo.

 

12 de octubre: Calabacitas tiernas, de Gilberto Martínez Solares.

 

26 de octubre: Güeros, de Alonso Ruizpalacios

 

9 de noviembre: El premio, de Paula Markovitch.

 

16 de noviembre: Rosario, de Shula Erenberg.

 

23 de noviembre: Viento aparte, de Alejandro Gerber.

 

7 de diciembre: El fantástico mundo de Juan Orol, de Sebastián del Amo.