Un estudio a largo plazo llevado a cabo por el Instituto Suizo de Investigación de Agricultura Ecológica (FiBL) en Kenia ha demostrado claramente que la agricultura ecológica no sólo genera rendimientos comparables, sino que también produce más ingresos para los agricultores que los métodos convencionales.
Este estudio de 10 años en Thika y Chuka se ha llevado a cabo con socios locales desde 2007. Los resultados contradicen el mito de que la agricultura ecológica necesita más espacio para lograr rendimientos similares. Un menor coste en el precio de los insumos destinados a la agricultura ecológica y un precio superior en el mercado implica los ingresos de los agricultores ecológicos empiezan a ser mayores al cabo de cinco años y alcanzan un beneficio de un 53% mayor en el sexto año.
Otro factor importante determinado por el estudio es la mejor fertilidad del suelo en la agricultura ecológica. Además, la ausencia de insumos químicos en los sistemas de agricultura ecológica tiene efectos beneficiosos sobre los ecosistemas, así como en la salud de las personas ya que no hay residuos químicos nocivos.
Estudios paralelos en India en la producción de algodón y Bolivia en la producción de café mostraron resultados igualmente positivos para el enfoque de la producción ecológica. El programa Comparación de Sistemas de Producción en el Trópico a Largo Plazo (SysCom) está destinado a proporcionar evidencias científicas sobre los beneficios y desventajas de los sistemas de cultivos ecológicos frente a los convencionales. El objetivo último es apoyar el desarrollo de políticas y estrategias que promuevan la adopción de prácticas sostenibles de uso del suelo a nivel local, regional e internacional.
El estudio muestra claramente que el enfoque ecológico es una estrategia viable en los trópicos. El principal reto es la difusión del conocimiento y la formación en agricultura ecológica. Además de la investigación a largo plazo, que continuará al menos hasta el año 2019, se ha aplicado la estrategia de investigación participativa llevada a cabo en las propias fincas con el fin de promover prácticas agrícolas ambientalmente sostenibles a nivel local. Junto con los agricultores locales y otros actores interesados, diferentes ensayos de campo se implementan para probar y analizar las diferentes prácticas innovadoras en las explotaciones agrícolas y en fincas experimentales.