BEIRUT. Los habitantes de Manbij celebraron hoy el regreso a la libertad tras la expulsión de los yihadistas del Estado Islámico (EI), que mantuvieron ocupada la norteña ciudad siria por dos años y medio.
Con claros signos de alegría en sus rostros, hombres, mujeres y niños salieron a las calles una vez que los últimos combatientes del EI debieron abandonar Manbij tras el asedio de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), apoyadas por tropas estadunidenses.
Como parte de los festejos por saber que el EI ya no controlará más su ciudad, las mujeres comenzaron a quemar la vestimenta que los yidahistas les obligaban a usar, dejando sus rostros descubiertos, de acuerdo con reportes de prensa conocidos en esta capital.
Algunas, incluso, fumaron, bailaron y cantaron con libertad en las calles, prácticas que estaban prohibidas por el EI, ya que las consideraban delitos, mientras otras salieron con sus bebés en brazos. Además celebraron que no serán más usadas como exclavas sexuales.
Los hombres, en tanto, comenzaron a afeitar sus barbas en público, la cual era obligatoria para ellos, según las practicas religiosas impuestas por los yidahistas.
Los últimos combatientes del EI que quedaban en Manbij, muy cercana a Alepo, debieron huir tras el asalto final de las SDF, que integradas por fuerzas kurdo-árabes lograron recuperar uno de los últimos bastiones de los yidahistas tras meses de ofensiva.
De acuerdo con fuentes de las FDS, los yidahistas habrían secuestrado a unos dos mil civiles para usarlos como “escudos humanos” durante su retirada, sin embargo esta versión aun no ha sido confirmada.
Manbij, que antes del conflicto contaba con unos 100 mil habitantes, fue tomada por combatientes del EI en enero de 2014. Se ubica en el norte de Siria, muy cerca de Alepo, una de las ciudades más importantes del país, y a 30 kilómetros de la frontera con Turquía.
Su recuperación es una de las más importantes derrotas del EI, ya que usaba la ciudad como centro estratégico y para abastecerse de combatientes, armas y comida. JMS