Mr. Big Sleeps, nombre popular de un hijo de padres mexicanos, pagó prisión una y otra vez y fue parte de pandillas peligrosas hasta convertirse en uno de los maestros más cotizados del tatuaje en Estados Unidos.

 

Nacido en Los Ángeles, Big Sleeps construyó en los últimos años una empresa multifuncional del tatuaje que asombra a muchos.

 

Sleeps construyó su sueño americano con dedicación y entrega y empezó desde menos cero, cuando nadie daba un céntimo por él.

 

De padres originarios de Laredo, México, Sleeps es reconocido a la fecha a nivel mundial por sus tatuajes charlas en Europa y otras partes del mundo.

 

“No fue nada fácil. Todo ha sido por dedicación”, comparte con Notimex durante una charla que aceptó en un escondido taller en el sur centro de Los Ángeles, cerca de la medianoche.

 

“Estuve en prisión en muchas ocasiones. Entré y salí muchas veces. La primera vez fue a los 14 años y de ahí entraba y salía porque estaba mal”, reconoció.

 

Mr. Big Sleeps-NTMX

 

“La última vez lo sentí en mi corazón y ahí supe que tenía que acabar con esa vida y fue clave porque de haber seguido habría terminado como la mayoría de mis amigos en la cárcel o en el panteón”, admitió.

 

“Decidí empezar a trabajar en lo que era mi pasión, las letras que surgieron del grafiti creado por las pandillas de Los Ángeles hace varias décadas y que siempre las vi como arte”, recordó.

 

“Desde pequeño me di cuenta que era bueno para los dibujos. Cuando empecé a hacer diseños recuerdo que los cambiaba por un café, por una sopa de esas de agua caliente o hasta por drogas”, añadió.

 

“Pero ahora la vida me ha cambiado de una manera radical”, señaló Sleeps, quien tiene un sitio de internet Letterstoliveby.com en donde vende playeras, pantaloncillos, máquinas para tatuar. Además suma cinco libros publicados con letras creadas por él mismo.

 

Este año ha tenido presentaciones en Holanda, Reino Unido, Dinamarca, Japón, Roma y Brasil. Viajará la semana próxima a Suiza y en noviembre dará un seminario de letras en Guadalajara, México.

 

Firmó además un contrato de exclusividad con una filial de la compañía Nike para colocar diseños en gorras y ropa con su nombre Sleeps.

 

Asimismo, sus trabajos fueron adquiridos por la prestigiada fundación Getty que ya presentó una exhibición sobre sus diseños.

 

“Es notable porque antes sólo se decía que hacíamos letras de pandilleros o de cholos, pero ahora hemos logrado atraer la atención a otros niveles”, resaltó.

 

“Los tatuajes han pasado a ser un boom y ha llegado a niveles que nunca pensé”, apuntó Sleeps.

 

“¿Quién diría cuando era joven era tan loco que hasta me atrevía a pintar un grafiti aunque sabía que me estaba apuntando una pistola de la pandilla contraria y ni eso me importaba”, recordó.

 

Sleeps se hizo hace una década un tatuaje impactante en la parte trasera de su cráneo rapado. Su amigo, el también artista AB Álvarez, tatuó su rostro de tamaño natural con un diseño de realismo.

 

“Lo hice porque como andaba en el mundo de las pandillas, quería mandar un mensaje de que aquel que me traicionara por la espalda lo último que vería sería mi rostro”, contó.

 

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“Ahora mis diseños están siendo cotizados en el mundo y hasta sufro de piratería de mis libros con mis diseños de letras gracias a las redes sociales”, señaló.

 

“De lo que estoy orgulloso es que de los latinos que radicamos en Estados Unidos hemos logrado imponer un sello que ha revolucionado a esto porque le hemos dado un toque de frescura y de estar entre los mejores”, destacó.

 

“Muchos estamos usando imágenes de los orígenes de las pandillas angelinas de los 80 cuando el grafiti era perseguido de manera impresionante”, dijo.

 

En Estados Unidos el tatuaje está llegando a niveles sin precedentes. Se ve lo mismo en artistas como deportistas y en todos lados.

 

Fuentes de la industria estiman que hay más de 45 millones de estadunidenses con al menos un tatuaje.

 

“Pero también hay gente que se ha obsesionado con esta forma de arte que tienen trabajos en sus cuerpos y que por ello han pagado la mitad de lo que vale su casa”, aseguró.

 

Los costos de los grafitis varian, lo mismo que de sus realizadores. Lo mismo puede cobrar desde 60 dólares por un diseño en una tienda común o dos mil o tres mil dólares y si no mucho más en negocios de Sunset o Hollywood.

 

Hay lugares que los clientes de tatuadores cotizados tienen que esperar hasta seis meses o más para ser atendidos.

 

Sleeps cuenta que cuando visita algún país fija un máximo de 20 trabajos.

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