Cuando Andrés Manuel López Obrador anunció en pleno zócalo que él mismo iba a estar en el cerco al Senado y que se iba a quedar ahí “todo el tiempo…, no me voy a mover…”, ¡un rugido se alzó en la Plaza de la Constitución!

 

Ya instantes antes el tabasqueño les había pedido que levantaran la mano aquellos que eran del DF y del Estado de México porque, les dijo, serían seguramente los primeros en llegar al llamado que les hará en cuanto se empiece a dictaminar la reforma energética.

 

De aquel zócalo prácticamente lleno (poco más de las tres cuartas partes), más de la mitad se identificaron como habitantes de la capital del país y del Edomex. Y sí, se mostraron puestísimos para incorporarse al cerco al Senado en cuanto López Obrador les avisara.

 

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