La Iglesia no va a callar, va defender y a decir lo que piensa, ha dicho en distintos momentos y otra vez el cardenal Norberto Rivera. Y, efectivamente, así lo ha hecho en múltiples casos. Pero, sobre todo, cuando se trata de seguir los señalamientos, regaños y/o acusaciones del presidente Felipe Calderón.
Desde el semanario Desde la Fe, órgano de la Arquidiócesis de México cuyo presidente del Consejo Editorial es el Dr. Pedro Arellano, la Iglesia católica se ha convertido en una especie de amplificador o de vocero informal del pensamiento del habitante de Los Pinos.
El uno-dos entre el jefe del Ejecutivo y la Iglesia católica mexicana va desde las críticas a los legisladores -ya sea por no haber nombrado a los tres consejeros faltantes del IFE, por sus intentos de incorporar el laicismo a la Constitución, o por sus críticas a Calderón-, a su indignación ante el Poder Judicial por exigirle al presidente de la República mesura; pasando por descalificar a los perredistas y a los priistas con vistas a las elecciones de 2012.
En un seguimiento de los editoriales de los últimos tres meses de esta publicación, cuya misión -según indica el semanario mismo- es “orientar en la fe a la comunidad católica de México y la aplicación de ésta en la vida cotidiana, así como mantener informada a la Iglesia Particular, procurando la información y reproduciendo mensajes que atañen al desarrollo de la pastoral de conjunto”, es también evidente su apoyo al Partido Acción Nacional.
Van algunos casos
En los primeros días de septiembre pasado, el presidente de la República cuestionó -una vez más- el trabajo de los jueces, aún y cuando con anterioridad el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Juan Silva Meza, le pidió enviarle pruebas de actos de corrupción de los jueces, si las tenía. Pero Calderón insistió:
“No es que yo la traiga contra los jueces, pero ya también empieza uno a cansarse, mano. Uno los agarra y los agarra y los agarra y los agarra (a los delincuentes), y los sacan y los sacan y los sacan”, dijo.
El Consejo de la Judicatura respondió en esta ocasión: “Cuestionar el trabajo de los jueces, sin fundamento, por consigna y más aún, sin pruebas, atenta contra la estabilidad nacional”.
El editorial del 11 de septiembre del semanario Desde la Fe salió en defensa del presidente y arremetió contra legisladores y jueces:
“El Poder Legislativo se manifiesta muy activo en la crítica hacia el Poder Ejecutivo, más aún, por derecho le corresponde pedir cuentas y explicaciones, pero no está dispuesto a recibir observaciones y críticas, especialmente cuando vienen precisamente del Ejecutivo, pues las consideran una amenaza o una ofensa, cuando debería ser parte del diálogo y de la relación democrática entre dos poderes de la República.
“Lo mismo debemos decir del Poder Judicial, cuya tarea es importantísima para el funcionamiento del país, pero que desafortunadamente es el más alejado de un clima de exigencia, de claridad y de rendición de cuentas.
La segunda quincena del mes patrio fue prioridad para la Iglesia católica la discusión que vendría en la Suprema Corte sobre la validez de las reformas constitucionales en torno al aborto en Baja California y San Luis Potosí.
En su editorial del 25 de septiembre, Desde la Fe acusaba al Distrito Federal de haberse convertido en “una ciudad homicida desde que la ALDF determinó que el erario público y los hospitales de la ciudad se hicieran cargo del exterminio de la vida que apenas comienza”.
Los panistas, encabezados por el presidente de la República y el dirigente de Acción Nacional, Gustavo Madero, salieron en defensa de los “no nacidos”.
La Suprema Corte ratificó la validez de las reforma, y entonces Desde la Fe hizo públicos sus agradecimientos en su siguiente editorial:
“Debemos valorar la congruencia del presidente de la República y su partido Acción Nacional, que, en medio del debate, supieron comprometer su palabra con coherencia, más allá de actitudes mezquinas y populistas: la verdad y los valores están por encima de cálculos electorales.
“Por otra parte, es una pena seguir viendo que algunos partidos políticos, como el PRD, continúan destruyendo a las familias y al país con su cultura de la muerte y su empeño de imponer el aborto en todo el territorio mexicano, así como a otros institutos políticos, los de siempre, sin compromiso ni definiciones ante los debates importantes.
“Pero también debemos señalar que hay partidos políticos que se arriesgan comprometiéndose con las causas que tienen que ver con los valores y la dignidad humana”.
Días después y a lo largo de las dos primeras semanas de octubre, Calderón y su partido instaron a los diputados a nombrar a los tres consejeros del Instituto Federal Electoral que faltan. Y señalaban particularmente al PRI de evitar los nombramientos.
TIEMPOS ELECTORALES
El 16 de octubre, Desde la Fe titulaba su editorial: “Malos augurios”, refiriéndose al proceso electoral que estaba por iniciar y decía:
“Inevitablemente debemos señalar algunas irregularidades con las que da inicio este proceso. En primer lugar, la falta de consejeros del Instituto Federal Electoral, que desde hace un año debía ser renovado con tres elementos nuevos.
“Hace apenas una semana fracasó una vez más el intento de nombrar a los nuevos consejeros electorales por la sencilla razón de que un partido político está tratando de imponer su propia fórmula desde la Cámara de Diputados. Es un primer mal augurio para un nuevo proceso electoral, pues no está completa la institución ciudadana que debe garantizar la imparcialidad y la legalidad de las próximas elecciones”.
Este editorial fue más allá. Abundó en la tesis que los panistas venían esgrimiendo para defenderse de tener tantos precandidatos. Desde la Fe escribió:
“Por otra parte, mientras que ese mismo partido (PRI) ya tiene un candidato presidencial ‘cantado’ por todos, incluso antes de que se realice cualquier sondeo o votación, en los demás institutos políticos no se ha elegido a los respectivos aspirantes a la Presidencia, y se espera de ellos un verdadero ejercicio de contienda interna y de decisión democrática para buscar la representación de las distintas tendencias ideológicas, en base a las cuales la ciudadanía debe expresar su decisión, como corresponde a todo sistema democrático”.
Hacia finales de octubre, los panistas apuntaban también sus baterías contra el PRI. Declaraba Juan Molinar Horcasitas, secretario de Acción de Gobierno del CEN del PAN: El nuevo y el viejo PRI son lo mismo, pues truncan la Reforma Política, así como el avance de la ciudadanía y la democracia mexicana, que está siendo nuevamente limitada por las posiciones del tricolor.
El 30 de octubre, Desde la Fe volvía a la carga con otro editorial intitulado “Vergüenza legislativa”, en el que apuntaba:
“Cada vez queda más claro que el partido que dice haber aprendido la lección de la historia es el mismo de siempre: incapaz de comprometerse; con discursos absolutamente contrarios a las decisiones que asume; hábil para el discurso, tramposo en las acciones.
“También destaca la fragmentación de las distintas corrientes de izquierda que son incapaces de tomar un rumbo claro; y la falta de convicción y arrojo en los legisladores del partido que tiene la responsabilidad de conducir en estos momentos al país, si bien con minoría parlamentaria.
“La forma más eficaz de exigencia es la de los ciudadanos en las urnas. Basta de ser engañados con el doble discurso, basta ya de divisiones estériles, y de ser rehenes de unos legisladores que han hecho pedazos el título de Honorable Congreso de la Unión, y que con sus acciones frívolas, mediocres e inmorales llenan de vergüenza a la nación”.
Y por si no fuera suficiente, el 13 de noviembre volvió sobre lo mismo bajo este encabezado: “Más vergüenza legislativa” porque en la agenda política de la Cámara de Diputados se discutió la naturaleza del estado laicista.
Para finales de octubre y principios de noviembre, transcurridas las elecciones en Michoacán, Desde la fe, al igual que Calderón, comenzaron sus denuncias sobre lo sucedido en tierra purépecha: “muchos de los que pretendían contender por puestos de elección renunciaron por motivos de seguridad, muchos ciudadanos se sintieron presionados para participar y para no participar”.
Para finales del mes pasado, PRI y PRD definían sus precandidaturas, tomando ventaja ante los aspirantes del partido en el poder.
Desde la Fe mostró su indignación ante semejante apresuramiento que dejaba al descubierto e inermes a los panistas:
“Vivimos en México una efervescencia pre-electoral fuera de lugar: la clase gobernante y política, los medios de comunicación y la opinión pública en general, están abocados prácticamente en su totalidad a un tema que se ha vuelto meramente especulativo y trivial, frente a los retos desproporcionados y urgentes que enfrenta el país, como son la espiral creciente del crimen organizado, la crisis económica internacional -que incluso ya nos ha empezado a golpear-, y la amarga experiencia de nuestros migrantes que viven la indolencia y la indiferencia”.
MANIPULACIÓN DE LA IGLESIA
Ante la intromisión de la Iglesia en cuestiones políticas, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Chuayffet expresó su rechazo a la intervención de esta institución en la vida política de México.
La Iglesia, dijo, ha sido maestra en el ejercicio del poder, “por eso la queremos lejos los católicos, por eso no queremos que intervenga en la vida política, porque sabemos cuán lejos puede llegar y de qué manera tan sencilla puede manipular conciencias y orientar a su favor, en su propio interés, lo que ella dicta como prioritario”.
Más preocupante aún, diríase, cuando hoy Iglesia y jefe de Estado hacen uno solo.