“Las cosas hay que nombrarlas bien y por su nombre, en Gaza no hay una guerra, lo que hay es un genocidio, una práctica de exterminio… Aquí durante décadas hemos luchado por la acción de la justicia”, decía desde un templete en el Zócalo, Félix Hernández Gamundi, presidente del Comité 68, en el marco de la Marcha por el 2 de Octubre.
Enmarcado por las banderas de Cuba y Palestina ondeando a su espalda, no solo su discurso recordaba a Gaza, sino los sonidos de explosiones provocadas por petardos y bombas molotov por parte de encapuchados que atacaban a la Policía.
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La marcha de este jueves se convirtió en la tormenta perfecta, al confluir diversas causas con las que se identifican grupos de choque como el bloque negro: la masacre del 68, los 43 desaparecidos de Ayotzinapa y la guerra en Gaza.
Contingentes salen desde Tlatelolco
Desde Tlatelolco, a las 16:00 horas salieron diversos contingentes encabezados por los sobrevivientes del movimiento del 68, madres buscadoras, familiares de los 43 de Ayotzinapa y simpatizantes de Palestina, con consignas como “Fue el Estado y lo gritamos” y “A estudiar y luchar, que hay un mundo que cambiar”.
Entre los diversos contingentes se observaban grupos de encapuchados, con cascos, pasamontañas e incluso máscaras de gas, que arrancaron los saqueos incluso desde la zona de Tlatelolco, cuando se abrieron paso en una Tienda 3B y un Aurrera, entre otros establecimientos. Además de dañar el Centro Cultural Tlatelolco, hecho que condenó la UNAM al considerarlo una “afrenta” al Memorial del 68.
Fue ya en el Centro Histórico donde las pintas, saqueos y vandalismo se convirtieron en un verdadero campo de batalla entre encapuchados y policías antimotines, que se disputaron cada metro del Zócalo y sus calles aledañas, donde los saqueos continuaron.
Batalla campal en el Zócalo
Los policías antimotines que defendían el Palacio Nacional y el Antiguo Palacio del Ayuntamiento se vieron pronto rodeados por encapuchados con bombas molotov, petardos, aerosoles, palos, piedras, martillos e incluso coladeras.
Y mientras los oradores hicieron un llamado a los participantes de la marcha para no caer “en provocaciones”, el grupo de embozados mantenía un asedio constante contra los agentes del orden, quienes trataban de contener las agresiones con extintores.
En medio de avances y retrocesos, los policías comenzaron a perder escudos antimotines a manos de los manifestantes, sobre todo al romper la formación entre las jardineras del Zócalo.
Sobre 5 de mayo la escena se volvió icónica, cuando un grupo de jóvenes armados con escudos antimotines arrebatados a la Policía hizo su propia formación en testudo para enfrentarse a los agentes mientras las piedras volaban; en la refriega, resultaron lesionados al menos seis miembros de la prensa.
Las bombas molotov fueron el protagonista de la jornada, provocando lesiones por quemaduras en agentes del orden, uno de los cuales tuvo que ser auxiliado por miembros de la brigada Marabunta y funcionarios de la Comisión de Derechos Humanos de la CDMX para sacarlo del lugar, mientras miembros del bloque negro intentaban impedir el apoyo.
Cayó la noche y con ella brilló con mayor fuerza el fuego de una hoguera encendida al pie del asta bandera, rodeada por enmascarados vestidos de negro, mientras decenas de policías lesionados y con quemaduras eran evacuados del Zócalo.
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CIFRAS
10 mil manifestantes presentes
350 encapuchados registrados
1500 policías participaron en el operativo
1 persona detenida por robo a joyería
FRASE
“Estamos trabajando en la identificación de todas las personas que cometieron actos constitutivos de delito durante la manifestación e iniciando las carpetas de investigación correspondientes”.
Pablo Vázquez
Secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX